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Agenda Nacional para la Construcción de Paz 15 de septiembre de 2023

Los esfuerzos para la construcción de un consenso nacional para la paz en México requieren de la participación decidida, comprometida y activa de todos los sectores de la sociedad. La construcción de paz se entiende como el conjunto de decisiones, propuestas y etapas dirigidas hacia la transformación de los distintos tipos de violencias en relaciones más
pacíficas, sostenibles y creadoras de comunidad, que alivien los padecimientos de la población civil provocados por la violación sistemática y sostenida de los derechos humanos.
Éste supone un proceso de largo plazo que se da al interior de la sociedad y cuyo mantenimiento en el tiempo implica la colaboración entre distintas fuerzas, la creación de espacios de diálogo, el fortalecimiento de instituciones y organizaciones que se aboquen a la edificación de infraestructura para la paz, y en un sentido más amplio, lograr los cambios sociales y culturales que permitan el establecimiento de una paz duradera y la erradicación o disminución de los distintos tipos de violencia.

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Cuarto Informe anual Nosotrxs 2021

En 2017, tras convocar a una revolución de conciencias para poner en manos de las y los ciudadanos el control democrático de los poderes públicos, surgimos Nosotrxs. A partir de entonces hemos integrado un movimiento político que vigila y exige activamente el cumplimiento de la ley y las obligaciones de los partidos, representantes y gobiernos. Asimismo, hemos consolidado la organización de colectivos de colaboración y apoyo mutuo en la exigencia de nuestros derechos. Desde el inicio, nos manifestamos en contra de la vulneración sistemática de nuestros derechos, especialmente, de quienes se encuentran en condiciones de mayor vulnerabilidad en un país donde la justicia es selectiva y la desigualdad continúa aumentando. Hemos convocado reiteradamente a poner las leyes al servicio del pueblo mexicano, a combatir la corrupción y hacer valer todos los derechos que promueven la igualdad social, la no discriminación, el otorgamiento de servicios públicos igualitarios, eficientes y dignos y el uso honesto y transparente de todos los recursos públicos. Decidimos apostar por la pedagogía pública para formar militantes y simpatizantes a lo largo y ancho de todo el país para continuar con las exigencias que habíamos iniciado mucho antes, en contra de la desigualdad y de la corrupción. A casi cinco años de Nosotrxs, hemos logrado consolidar el movimiento de exigencia colectiva de derechos más importante del país al demostrar que las y los ciudadanos podemos hacer política, con propuestas, con causas y con una gran capacidad de organización y exigencia colectiva, lejos de las vías electorales. Tenemos la firme convicción de que la política nos pertenece a todas las personas. Es el mejor medio para construir soluciones a problemas colectivos. No somos un partido político, ni buscamos serlo, pero sí seguiremos exigiendo lo que nos pertenece: nuestros derechos, y continuaremos haciéndolo con todo nuestro esfuerzo y todos nuestros medios. Para que nadie se quede atrás, todos los derechos para todas las personas. La desigualdad se combate garantizando condiciones dignas para quienes menos tienen.

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Resultados de la Encuesta Nacional de Médicos en Formación 2021

El Sistema Nacional de Salud se integra por la Secretaría de Salud Federal, los Servicios  Estatales de Salud y las Instituciones de Seguridad Social que prestan servicios médicos. Este  sistema se encuentra descentralizado y padece una profunda fragmentación; un gran descuido y sobrecarga de servicios, con extensas demoras para prestar la atención médica  adecuada a la población; así como dificultades para brindar salarios adecuados a un personal  ya de por sí escaso que enfrenta carencias de insumos médicos para sus labores.  

Además, la crisis sanitaria del Covid-19 ha agravado la situación, pese a que las tareas que realizan  enfermeros y médicos en formación son fundamentales para el sistema de salud. La primera  encuesta que lanzó el colectivo de Médicos en Formación, en abril de 2020, deja entrever la  cruda realidad que enfrenta este tipo de personal en hospitales y clínicas de todo el país. En  reiteradas ocasiones hemos cuestionado el actuar de las autoridades, afirmando que en  ninguna circunstancia es admisible el abuso de poder o cualquier acción que comprometa el  desarrollo educativo de futuras generaciones de médicos.  

Bajo ese contexto, durante los meses de febrero, marzo y abril del 2021, distribuimos dos cuestionarios a través de redes sociales del Colectivo Médicos en Formación con los  estudiantes de medicina y enfermería. Esto con la finalidad de dar seguimiento a las condiciones en las que se desenvuelven los alumnos en el servicio social, internado y  residencia. Los cuestionamientos planteados dieron la pauta para conocer la realidad desde una perspectiva más integral, en dónde no sólo las condiciones sanitarias se han hecho  presentes; el acoso sexual, la violencia, la falta de información, además de becas insuficientes, son problemas cruciales.  

Puedes consultar aquí los RESULTADOS DE LA ENCUESTA REALIZADA A MÉDICOS EN FORMACIÓN Y ESTUDIANTES DE ENFERMERÍA AL CORTE  DEL PRIMER CUATRIMESTRE 2021 

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El futuro de la izquierda

Foro Jesús Silva-Herzog Flores

Cuauhtémoc Cárdenas.
Ciudad de México. 20 de mayo de 2021.

Agradezco al Foro Jesús Silva-Herzog Flores y a su presidente Javier Medina la invitación para platicar con ustedes sobre “El futuro de la izquierda”, lo que mucho me distingue, y me permite empezar por hacer un reconocimiento a quien da nombre a este Foro, a Jesús Silva- Herzog Flores, amigo estimado y funcionario probo y firme en sus lealtades, a lo largo de su fructífera carrera de servicio en la vida pública de nuestro país.

Conocí a Chucho siendo ambos jóvenes en el servicio público del país, aun cuando en campos profesionales diferentes. La amistad y la afinidad política que cultivaran nuestros padres permitió un fácil entendimiento y coincidir en aspiraciones mutuas respecto a nuestro país. Nuestros últimos encuentros y coincidencias tuvieron lugar en nuestra Universidad, en el seno del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo, del que ambos fuimos fundadores.

Me han invitado para hablar del futuro de la izquierda, y debo empezar diciendo que existen muchas izquierdas, tal como existen muchas derechas. En el lenguaje corriente, ilustrando con un abanico político, se llaman izquierdas a corrientes de pensamiento y/o militancia que se definen o identifican como socialistas, anarquistas, comunistas, socialdemócratas, laboristas y otras más, así como en la derecha se encuentran conservadoras, fascistas, nazis, demócrata cristianas, etc.; a las liberales y a las democráticas se les ubica en todo el abanico, según se autodefinan o se les vea; y van desde internacionalistas hasta cerradamente nacionalistas, las electorales y las no electorales, las que privilegian el terreno económico, la organización y el activismo político, social o laboral, la discusión académica, lo institucional o la ausencia de gobierno, etc.

Viene ahora lo difícil: me han invitado para hablar del futuro de la izquierda. No hablaré de izquierda en abstracto, pues sería así difícil encontrar a qué referirme. Hablaré de la izquierda que aspiro se desenvuelva en nuestro país y cómo, con este sustento ideológico y de práctica política, considero se encuentran los caminos para resolver los principales problemas del país y de los mexicanos.

Dentro del abanico de ideologías y fuerzas políticas, me ubico en los amplios espacios de la izquierda, aunque haciendo a un lado la geometría prefiero los contenidos: de qué hablamos, a qué aspiro, qué caminos quisiera se recorrieran en la vida del país y de nuestra sociedad.

En esos amplios espacios de la izquierda, me identifico con el pensamiento avanzado y la práctica constructiva de la Revolución Mexicana: el antirreeleccionismo, los principios reivindicatorios de la soberanía contenidos en la Constitución, con sus derechos agrarios, de los trabajadores, con los diferentes derechos que se le han incorporado de 1917 a la fecha, con su construcción institucional política, económica, cultural y social, con la equidad internacional y la paz. Y en recuperar, actualizando -pues absurdo y torpe sería pretender repetir mecánicamente soluciones de otros tiempos a la problemática de hoy-, (actualizando, decía) la senda de la Revolución Mexicana para desarrollar el proyecto aun trunco de construir una democracia integral, con firme espíritu progresista, me parece está el camino para hacer de la nuestra una nación cabalmente igualitaria, equitativa y de progreso. Esa es la izquierda con la que me identifico y trato de impulsar.

Ahora bien, ¿cuál es hoy nuestro punto de partida?

Desafortunadamente seguimos inmersos en cuarenta años o poco más de retrocesos sociales y económicos y de degradación institucional, que no se detienen. A lo largo de ellos, se han estrechado los espacios del ejercicio de la soberanía y se ha profundizado y hecho más rígida la dependencia, tanto política como económica; son años de una franca ausencia o un muy disminuid peso relativo de nuestro país en la vida internacional; la economía ha crecido con mayor lentitud que en los cuarenta años anteriores, con promedios en estas últimas cuatro décadas de 2% respecto al PIB, con una caída de -0.1% en el 2019 y un serio desplome hasta un negativo de -8.5% en el 2020, presentándose una débil recuperación para este año; se viene dando una cada vez más fuerte desigualdad social, evidente al concentrar el 10% de los más acomodados entre el 58.4 y el 74.7% del ingreso total del país; la pobreza afecta ya a 62 millones (49%) de la población total, 10 millones más que hace dos años; han sido tiempos de alta desocupación; insuficiencia y deterioro en sectores amplios de los sistemas educativo y de salud, impactados por la aun incontrolada pandemia del covid-19; y, envolviendo y afectando todo esto, inseguridad y violencia que golpean a lo largo y ancho de la sociedad, territorios crecientes bajo control del crimen y delincuencia en incremento.

Está visto que las políticas instrumentadas para abatir la inseguridad y erradicar la delincuencia, centradas en encomendar estas tareas a las Fuerzas Armadas, están muy lejos de haber dado los resultados esperados. Dos acciones tendrían que llevarse a cabo para obtener resultados satisfactorios en este campo: retirar a las Fuerzas Armadas, de manera gradual, de esta encomienda, y responsabilizar de ella a un cuerpo policiaco civil, bien preparado y debidamente equipado, que coordine sus acciones con autoridades en las diferentes categorías de gobierno, así como con la sociedad, informada y capacitada para colaborar en estas actividades desde sus centros de trabajo, organizaciones civiles, lugares de residencia, etc. Todo ello, a partir de actividades bien definidas, tiempos, responsables, esquemas de coordinación, recursos y rendición de cuentas.

Por otra parte, imagino un muy amplio y bien conducido programa para desplazar a la delincuencia del territorio, porción por porción, municipio por municipio por ejemplo, y ganarlo para el Estado y la sociedad mediante la implantación de proyectos productivos industriales y agrícolas, construcción de infraestructura, mejoramiento y ampliación de los sistemas educativo y de salud, programas culturales, etc. Esto es, ocupar el territorio con la presencia y la acción permanentes del Estado y la sociedad, arrebatando así los territorios a los elementos nocivos.

Desde principios de los años 80s del siglo pasado se han puesto en práctica políticas de austeridad y ajuste, sobre todo en la economía y en la administración, que han disminuido severamente la calidad de ambas y han llevado a la primera de una crisis a otra, unas más graves, otras un poco menos, todo ello con efectos acumulados que ya antes se señalaron y tanto a principios de los 80s como hoy, los distintos gobiernos se han resistido a poner en práctica políticas contra-cíclicas que no repitan los errores de las que se mantienen en curso.

Hacer que la economía crezca, exige contar con recursos de inversión -si no invierte el Estado, si no invierte los particulares, si no llega inversión del exterior, a la pura esperanza la economía crece-. Esos recursos tienen que ser mucho más abundantes que los que hasta ahora han estado disponibles y deberán dirigirse a donde hacen falta e impacten más en el desarrollo y el bienestar generales. Urge, dicen los hacendistas y economistas que se supone saben, llevar a cabo una amplia y efectiva reforma fiscal- hacendaria-tributaria, en base a un sistema de impuestos solidario, progresivo y redistributivo, que genere los fondos necesarios. La aceptación social de esa reforma requerirá que la gente sepa y esté de acuerdo en qué y cómo se va a gastar la recaudación. Si se cuenta con una planeación y ésta constituye compromiso del Estado con la ciudadanía, seguramente aparecerían no sólo los fondos recaudados por el Estado, sino otros más que bien podrían orientarse a la infraestructura, la industria, la agricultura, recursos de mexicanos e incluso del extranjero que tuvieran confianza en la conducción y rumbo del país, que se complementaran y potenciaran con los del Estado.

Creo firmemente en la necesidad de crear un verdadero sistema de planeación, que formule los planes de desarrollo, con objetivos, tiempos, recursos asignados, responsables institucionales e individuales de la ejecución, etc., con esquemas bien establecidos de seguimiento y rendición de cuentas. Planes del Ejecutivo, aprobados y con seguimiento del Congreso a los que aquel rinda cuentas, constituirían compromisos de cumplimiento obligatorio de la autoridad frente a la ciudadanía.

Ningún esquema de desarrollo, con planes o sin planes, tendrá efectos positivos, si no se desenvuelve dentro de un efectivo Estado de derecho, en el que la ley se cumpla y se haga cumplir, y en el que sus violaciones conduzcan a las sanciones que la propia ley establece.

Un primer paso para dar efectividad al Estado de derecho, debiera ser garantizar que todo mexicano pueda ejercitar a plenitud los derechos que la Constitución y las leyes le reconocen, así como cumplir con las obligaciones que le imponen.

Así, por ejemplo, se ha avanzado en el respeto y la efectividad del voto, aunque se requieren todavía ajustes en nuestra democracia electoral para impedir la presencia de dineros sucios y las interferencias indebidas de funcionarios en los procesos. Pero no sucede los mismo con otros derechos, respecto a los cuales se carece incluso de las disposiciones de ley para hacer exigible su ejercicio ante el Estado -pensemos en el derecho al trabajo, vigente desde 1978, o el derecho a acceder a la educación superior, según reforma reciente, al igual que sucede con la falta de mecanismos legales para hacer exigibles el acceso a la educación en todos los grados; a la salud; al agua; a la cultura; más un buen etcétera. Garantizar el ejercicio de todos estos derechos -y la responsabilidad del Estado para que puedan ejercitarse- requerirá de programas de acción afirmativa que puntualmente se cumplieran en tiempos determinados (como se hizo en China para erradicar la pobreza extrema, lo que logró este año).

Una propuesta de la izquierda debe considerar el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible, la reversión de los efectos negativos del cambio climático, los justos reclamos de las mujeres, los cambios en el mundo del trabajo provocados por los avances tecnológicos y los nuevos derechos laborales, los derechos a la ciudad, una política energética centrada en la transición a las energías limpias y tener claros los papeles y responsabilidades del mercado y del Estado en la gestión de la economía.

Democracia significa igualdad, derecho a la igualdad y también derecho a la diferencia. Es así como mayorías y minorías conviven sana y constructivamente. Se han dado avances en la superación de discriminaciones, principalmente en la ley, aun cuando se requieran esos mismos avances en las oportunidades que abren la actividad pública, el desarrollo económico y la convivencia social, en particular respecto a todos aquellos grupos de la población que puedan considerarse como minorías -sean éstas de dimensión mayor o menor-. En los casos de desigualdad, corresponde al Estado poner en práctica políticas de acción afirmativa, para gradualmente, en los menores tiempos posibles, superar deficiencias, discriminaciones, prácticas inadecuadas, etc.

El mundo vive en la actualidad una rebelión de las mujeres contra la violencia y las discriminaciones, así como por sus derechos. Esa rebelión está presente en México. Son luchas en las que las mujeres hacen cabeza por los derechos de género, respecto a los cuales habrá de alcanzarse la igualdad en su ejercicio, como condición de democracia efectiva. En el pasado se conquistaron el voto y el divorcio, tiempo después la despenalización del aborto (por la que en muchos sitios aun se pelea, como sucede en varias de las entidades federativas en nuestro país), y se mantiene viva la lucha por el conjunto de derechos de la gente relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.

En diciembre del 2015 se celebró en París la reunión de la COP 21, que produjo el Acuerdo sobre el cambio climático, a partir del cual se estableció la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, que marcó 17 Objetivos del desarrollo sostenible (ODS) para alcanzarse mundialmente en 2030. En octubre de 2019 se reportaba que el cumplimiento de estos objetivos por parte de nuestro país avanzaba, aunque con un ritmo menor al 50% requerido para esa fecha, respecto a 1. fin de la pobreza; 2. salud y bienestar; 3. igualdad de género; 4. ciudades y comunidades sustentables; 5. producción y consumo responsables; 6. acción por el clima; y 7. vida submarina; y moviéndose en dirección incorrecta y desviada en los temas 8. hambre cero; 9. educación de calidad; 10. agua limpia y saneamiento; 11. energía asequible y no contaminante; 12. trabajo digno y crecimiento económico; 13. industria, innovación e infraestructura; 14. reducción de las desigualdades; 15. vida de ecosistemas terrestres; 16. paz, justicia e instituciones sólidas, así como tampoco se va con el ritmo deseado en la construcción de alianzas para alcanzar el conjunto de los objetivos (17) (1).

La política laboral constituye uno de los ejes principales de un proyecto de democracia progresista. Lineamientos centrales de ella son la libertad de los trabajadores para organizarse y negociar colectivamente y, por lo tanto, la vigencia efectiva de democracia sindical, salario suficiente y digno (en el caso de México lo pienso equivalente al que rige en aquellas ramas y en los países con los que principalmente se intercambia y compite), seguridad social integral, reparto equitativo entre el trabajo y el capital de las ganancias que generan los incrementos en la productividad, capacitación para utilizar y beneficiarse de los avances tecnológicos, supervisión de los trabajadores en las contabilidades de las empresas y participación en la determinación del reparto de utilidades, así como en la organización de las labores dentro del centro de trabajo.

Por otra parte, es indispensable poner en práctica políticas con la clara finalidad de generar empleo, lo que significa fortalecer la formación de capital, que no se logra con crecimientos precarios de la economía. Habría que agregar, además, que la flexibilización de los mercados laborales, tal como la ha impulsado e impuesto el neoliberalismo, sólo ha afectado los derechos del trabajador y precarizado los puestos de trabajo, por lo que si bien los avances tecnológicos demandan una mayor movilidad laboral, ésta tendrá que corresponderse con la creación de nuevos instrumentos de protección, inspección y fomento mismo del empleo.

Una política laboral no estará completa si no considera el constante fortalecimiento del salario, así como el reconocimiento y ejercicio de los derechos sociales esenciales: salud, alimentación, educación, cuidado infantil, vivienda y otros servicios sociales indispensables, en una primera etapa vinculados al trabajo, no así en una segunda, en que debieran desvincularse y depender de los ingresos generales del Estado.

Y con una visión más amplia hacia el futuro, deberá plantearse, como parte de las políticas en materia de trabajo, la creación de un sistema de protección universal del ingreso, que permita a individuos y familias hacer frente a los costos o pérdida de ingresos ocasionados por eventos como la maternidad, la enfermedad, las incapacidades, la edad avanzada, la viudez y la orfandad, en este caso con esquemas de prestaciones no vinculadas al trabajo formal y sustentadas, por lo tanto, en impuestos generales (2). La urgencia de empezar a instrumentar estas medidas se ha hecho cada vez más evidente ante el deterioro de las condiciones de vida de la población en estos tiempos de crisis sanitaria.

Con visión de futuro, habría que plantearse también la creación, como parte de una política laboral progresista, de un sistema de protección universal del ingreso, desvinculado del empleo formal y complementado con planes ocupacionales y programas de ahorro para el retiro para trabajadores de ingresos medios y altos (3).

Son múltiples los aspectos que integran un proyecto de nación. Imposible en esta sesión pretender abarcar muchos más, aunque considero necesario referirme a nuevas políticas energética y minera.

Empezaré por afirmar que el petróleo no es cuestión del pasado. Es recurso del presente y del futuro. Gradualmente se debe reducir y eventualmente abandonar su transformación en combustibles, pero la petroquímica tiene un campo cada vez más amplio. En ella deberá centrarse el grueso de la inversión de aquí en adelante y desarrollar con inteligencia y racionalidad sus cadenas productivas. Eso demandará un manejo responsable de las reservas de hidrocarburos, para que se aprovechen cuidando presente y futuro y tengan la mayor duración posible. Por otra parte, se deben impulsar las energías limpias: hidráulica, solar, eólica, de las mareas y las corrientes marinas, de la biomasa, etc., así como la transformación del transporte a la utilización de la electricidad, el hidrógeno y todos los adelantos que vayan desarrollando la ciencia y la tecnología de punta. El desenvolvimiento de las energías limpias deberá significar tanto mejoramiento del ambiente, como ventajas económicas y beneficios sociales, en particular, para comunidades y propietarios que puedan asociarse con, o constituirse en generadores de energía.

Como parte de una nueva política energética, habrán de considerarse cambios de gran alcance en las políticas petrolera, de gas y electricidad. En el caso de los hidrocarburos, los cambios tendrán que realizarse de manera gradual en el manejo de las reservas de petróleo y gas, así como en materia de refinación y en la reestructuración técnico-administrativa de Petróleos Mexicanos.

México actualmente importa el 70% del gas natural que consume, estableciendo una grave dependencia, a pesar de que el país cuenta con yacimientos conocidos, como los contiguos a la frontera con el estado de Texas, que bien puede suponerse corresponden a los mismos mantos que desde hace años explotan los norteamericanos, que aquí no se han explotado y que, con otras fuentes también conocidas, podrían satisfacer las demandas de gas natural del país, prácticamente eliminando las importaciones.

Sostengo, por otro lado, que el servicio público de electricidad debiera ser facultad exclusiva del Estado, pues además de gestionar los derechos de vía de las líneas de transmisión y los gasoductos, es indispensable la responsabilidad pública en el aprovechamiento de los recursos naturales y para mejorar el aprovechamiento de las garantías en relación a los contratos con generadores privados para evitar vaivenes que alteran gravemente los mercados, lo que demanda una adecuación del marco legal para fortalecer al Estado como garante de la prestación del servicio (4).

Ahora bien, la finalidad que desde hace años se ha asignado a la producción petrolera es la de aportar a los fondos fiscales del Estado. El petróleo debe volver a ser palanca de crecimiento económico y de industrialización, por lo que los criterios de su aprovechamiento no deben ser más los que le fija la Secretaría de Hacienda, sino objetivos enmarcados en la política industrial y de desarrollo regional, en la extensión de las cadenas productivas de la propia industria petrolera y el aprovechamiento de sus impactos en otras ramas industriales.

Condición indispensable para buenas prácticas en la industria energética del Estado, es otorgar a Petróleos Mexicano y a la Comisión Federal de Electricidad efectiva autonomía financiera y de gestión.

En relación a la minería, una cuestión que no debe perderse de vista es que se ha concesionado a empresas mineras una tercera parte del territorio nacional. Se trata de más de 600 000 km2. Este dato es de llamar la atención, pues un buen número y una muy amplia extensión, corresponden a concesiones a empresas extranjeras. Existen denuncias y reclamaciones de numerosas comunidades indígenas y campesinas por despojos violentos, otras debido a prácticas depredadoras del medio ambiente, principalmente por explotaciones mineras a cielo abierto, que el Estado debe atender con prioridad, tanto para hacer justicia como para obligar a las reparaciones sociales y ambientales que en cada caso correspondan.

Una política que se ha abandonado y debe recuperarse, es la de evitar hasta donde sea posible, la exportación de minerales tal como se extraen de la mina o como concentrados, que constituyen la mayor proporción de lo exportado, para fomentar su transformación industrial en el país, generando con ello empleo y valor agregado, estimulando las economías regionales, integrando y extendiendo las cadenas productivas.

Un tema que ayuda a entender si una propuesta, un partido o un gobierno se pueden ver más en la izquierda o más en la derecha, es el papel que asignan al mercado y al Estado en la gestión de la economía. Más mercado y menos Estado, o más Estado y menos mercado, han sido en lo general las posiciones en debate. Posiciones extremas. Un debate mal planteado de absolutos.

Habrá que empezar por decir algo que parece obvio, pero no siempre se tiene presente: un sistema político- económico necesita y necesitará siempre una economía con mercado, no -y aquí hago énfasis- (no) una economía de mercado (5). Se requiere un mercado regulado en función del interés público, en el que fundamentalmente se protejan los intereses de los trabajadores y del consumidor, chico y grande; se requiere asimismo un Estado que evite la concentración y la monopolización del mercado, garantice la equidad en la competencia para tener precios bajos y calidades óptimas, así como que proceda al desmantelamiento de privilegios injustos. Una izquierda democrática y progresista en nuestro país debe generar mercados de competencia en condiciones de equidad, así como un Estado regulador de los propios mercados y responsable de que la economía se desenvuelva en ejercicio de la soberanía nacional, viendo que la empresa cumpla con sus responsabilidades sociales y económicas, garantizando los derechos del trabajador y proveyendo para buenas prácticas que signifiquen la mejora consistente de sus ingresos y condiciones de trabajo, la racionalidad de presente y futuro en el manejo de los recursos naturales, y la integración y expansión productivas en sus distintas ramas, con las que pueda contribuir el Estado para incorporarles innovaciones de la tecnología y de la ciencia.

La puesta en ejecución de un proyecto de nación como el aquí descrito sólo será posible instrumentarlo si se coloca por delante el rescate, hasta lograr su pleno ejercicio, de la soberanía nacional, interferida históricamente por el poder hegemónico, económico y político, de los Estados Unidos. Poner fin a esas intromisiones ha sido hasta hoy la larga lucha de nuestro pueblo y, por algún tiempo, seguirá siendo la que demande el mayor esfuerzo.

Este rescate, o sea tornar equitativas las relaciones económicas y políticas de México con el mundo, lo imagino un proceso gradual. Ir recuperando para el interés del país, uno a uno, los eslabones de dependencia en las cadenas productivas, y, por otro lado, desarrollando la institucionalidad necesaria para apoyar los cambios, haciendo valer la legalidad política nacional y la legitimidad de las decisiones soberanas, reconocidas con esa calidad por el derecho internacional. Será, en cualquier caso, un proceso de mediano a largo plazo, lleno de presiones, que habrá que sortear con inteligencia, transparencia, respaldo social y cabal apego al derecho.

Finalmente, nos encontramos inmersos en el proceso electoral de la historia del país en el que más cargos se disputan. Hasta el día de hoy, veo descalificaciones de los partidos, de todos contra todos, veo autoelogios por doquier, pero no veo propuestas de cómo enfrentar los principales problemas del país: la corrupción, la inseguridad, la desigualdad, el rezago económico, la dependencia, etc.; no veo propuestas de agendas legislativas por parte de las posibles bancadas de los partidos, ya que el eje de esta elección es la de la Cámara de Diputados federal.

Estas elecciones serán las primeras en las que un gran número de candidatos buscan su reelección. Vista la selección de las candidaturas, sobre todo las de quienes aspiran a reelegirse, tengo la impresión que el cambio constitucional que permite la reelección, más que por un análisis de ventajas, desventajas y razones políticas, se aprobó por ambiciones e intereses partidario-personalistas de las cúpulas partidarias en favor de sus burocracias, y la asignación de candidaturas refleja en muchos casos más el peso relativo de las facciones internas, parentescos y compadrazgos, y repetidamente, una marcada ausencia de procedimientos democráticos de selección. Al ver estas primeras manifestaciones del cambio constitucional producto de permitir la reelección, me declaro firmemente en favor de la no reelección y por la vuelta al texto constitucional anterior a la reforma.

En las campañas que estamos viendo, lamento profundamente la ausencia de propuestas de los partidos y candidatos que se dicen de izquierda. ¿Contienden en este momento partidos y candidatos de izquierda? ¿Qué los definiría en esa ubicación?

Lucha contra la inseguridad y la corrupción, mejor educación y mejor salud, honradez, son propuestas que se hacen desde supuestas izquierdas y supuestas derechas, pero ¿qué más? Esos son los qués, ¿y cuáles son los cómos?

Aceptando los qués, que están bien ¿ en que proyecto de economía y en que propuesta de organización social se enmarcan? ¿alguien plantea cambios institucionales, cambios constitucionales? Dar respuesta a estas interrogantes nos permitiría saber hacia donde nos quieren llevar partido y candidatos que hoy contienden. Podríamos entonces votar informados.

Concluyo diciendo que de mantenerse las políticas vigentes, sólo se agudizarán las desigualdades sociales, los desequilibrios económicos y las dependencias, inaceptables en la construcción de un proyecto de democracia progresista. Éste es el de una democracia integral, esto es, equidad electoral, igualdad social (educación, salud, trabajo, seguridad social), territorial, nacional e internacional. Hacia allá nos toca apuntar, en ese sentido hay que edificar.

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(1) Alejandro de la Garza: “Avanza México en el cumplimiento de los ODS?”. pinion.education/blog/mexico- cumplimiento-ods-2030/. 22 de octubre de 2019. Consultado el 17 de agosto de 2020.

(2) Grupo Nuevo Curso de Desarrollo: “Manifiesto. Lineamientos de política para el crecimiento sustentable y la protección social universal”. Universidad Nacional Autónoma de México. 2012.

(3) Grupo Nuevo Curso de Desarrollo: id.

(4) Osorio, Sergio Benito, Víctor Rodríguez Padilla, Fluvio Ruiz Alarcón, Ramón Carlos Torres y Cuauhtémoc Cárdenas: “Hacia una nueva política energética”, primera versión de un documento en desarrollo, al cual corresponden los contenidos principales que se presentan en este apartado. Ciudad de México. Febrero de 2021.

(5) Robin, Jacques: “Los caminos hacia una sociedad de ‘plena actividad’ y no de ‘pleno empleo'” en “El socialismo del futuro”. Fundación Sistema. Madrid. Diciembre de 1992, No 6.

Portada Cuestionario

Cuestionario para Candidatxs a Diputaciones Federales 2021

En el marco de #LaCampañaQueFalta y ante la falta de información sobre las trayectorias y propuestas de las y los candidatos a diputaciones federales, Nosotrxs realizó un ejercicio de información pública a través del Cuestionario para candidatxs a diputaciones federales 2021 para ampliar el conocimiento sobre quienes participan en la contienda electoral.

¡Nosotrxs, la ciudadanía, somos quienes decidiremos, por lo tanto tenemos derecho a saber quiénes aspiran a representarnos, qué proponen y qué han hecho por el país!

El cuestionario está compuesto por 22 preguntas, divididas en tres secciones:

  1. Perspectiva política general.
  2. Opinión específica del papel que desempeñarán como legisladores.
  3. Agenda legislativa que planean impulsar. 

El cuestionario fue entregado a las representaciones de los partidos políticos nacionales en la sede nacional del Instituto Nacional Electoral (INE), con el propósito de que llegue a cada candidato que busca una curul en la Cámara de Diputados federal; además, fue enviado a los correos electrónicos que candidatos y candidatas publicaron en la página creada por el INE con ese propósito, pese a que la mayoría no ha considerado necesario poner a disposición del electorado la información requerida por el propio INE. 

El informe de resultados está disponible junto con la base de datos con las respuestas proporcionadas por las y los candidatos para que sea consultada por todas las personas interesadas. Hacemos explícito que el silencio es, también, una respuesta. 

¿Quieres saber si tu candidatx respondió? Aquí te explicamos cómo buscarlo en la base de datos de respuestas.

 

Consulta AQUÍ el informe completo

Consulta AQUÍ la base de datos con las respuestas de lxs candidatxs

Consulta AQUÍ el resumen ejecutivo del informe

Consulta AQUÍ la respuesta del INE sobre la difusión del #CuestionarioNosotrxs durante la veda electoral

Consulta AQUÍ el reporte de propuestas replicadas por partidos y alianzas

Conoce AQUÍ el Cuestionario para candidatxs a diputaciones federales 2021

Revisa los acuses de recibido de los representantes de partidos ante el INE AQUÍ y la lista de candidatxs a quienes enviamos el cuestionario por correo electrónico AQUÍ

Entérate sobre el registro de información realizado por los candidatxs ante el INE AQUÍ

Portada

Informe de Transparencia en Salud 2019-2020. Mapeo del Desabasto de Medicamentos en México

A pesar de que entre 2019 y 2020, el Sistema Nacional de Salud ofreció menos atenciones médicas y emitió menos recetas, el desabasto de medicamentos aumentó en el periodo, impactando la salud y vida de pacientes y familiares de pacientes, potenciando círculos viciosos de pobreza, y contribuyendo a la desigualdad vital y de recursos económicos, concluye el Informe de Transparencia en Salud 2019-2020, que forma parte del Mapeo del Desabasto de Medicamentos en México que realiza el colectivo Cero Desabasto, impulsado por Nosotrxs desde 2019.

El informe es la más reciente estrategia del colectivo para obtener evidencia que permita evaluar el estado real del acceso a los medicamentos en el Sistema Nacional de Salud, y se realizó con base en *360 solicitudes de información hechas a través de la Plataforma Nacional de Transparencia a más de 200 instituciones públicas*, tanto de salud como de derechos humanos. Se preguntó sobre cinco rubros: *1) metodología de control y monitoreo de surtimiento, 2) surtimiento de recetas, 3) canje de vales de medicamento, 4) quejas relacionadas con el desabasto y 5) cobertura vacunal.*

Principales hallazgos

Metodología de control y monitoreo de surtimiento: Los principales subsistemas de salud en México —IMSS, ISSSTE, INSABI, Hospitales de Referencia e Institutos Nacionales de Salud— cuentan con sistemas de control y monitoreo variados e inconexos, cada uno registra información conforme a sus parámetros, dificultando la comparación entre subsistemas y la trazabilidad para un acceso efectivo.

Canje de vales de medicamentos: Como parte del programa “Tu Receta es tu Vale del IMSS”, en 2019 se emitieron poco más de un millón de vales frente a 2.9 millones en 2020 —casi el triple—, sin embargo, el total bianual de vales canjeados es solo del 24%. 

Surtimiento de recetas:

  • IMSS: El número de recetas no surtidas se triplicó entre 2019 y 2020, pasando de 5 millones a 15.9 millones.
  • ISSSTE: Paso de emitir 36.6 millones de recetas en 2019 a 28.2 millones en 2020, aumentando el número de recetas no surtidas en 2% entre ambos años. 
  • Unidades de atención primaria del Sistema Nacional de Salud: Una de cada cinco recetas no se surtió. Existen 14 estados por debajo del promedio nacional, siendo los casos más graves  Guerrero y Quintana Roo. 

Quejas relacionadas con el desabasto:

  • En 2019 se presentaron 9 mil 862 quejas por no surtimiento de recetas en distintas instancias públicas del país —comisiones nacional y estatal de derechos humanos, así como de arbitraje médico—, creciendo a 14 mil 641 en 2020: un incremento del 48%.
  • En 2020 se registraron 5 mil 268 quejas más que en 2019: el IMSS tuvo 3 mil 616 más; el ISSSTE, 611, y el INSABI, mil 041.
  • Las quejas por omitir suministrar medicamentos ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos pasaron de 884 en 2019 a mil 378 en 2020. Las comisiones estatales de arbitraje médico con mayor número de quejas son las de Sinaloa (154 quejas), Aguascalientes (31) y Tabasco (30).
  • En la plataforma cerodesabasto.org se han reportado, además, más de 3 mil 500 casos de desabasto.

Cobertura vacunal: Las vacunas con reducción en aplicación entre 2019 y 2020 son: tuberculosis (BCG), tétanos (TD y TDP) y virus del papiloma humano (VPH), con caídas del 92%, 81% y 73%, respectivamente. 

Consulta el informe completo.

Consulta el resumen ejecutivo.

Portada

Informe “Maternidad infantil y adolescente en Coahuila: 2019”

No hay lugar a dudas que el embarazo infantil y adolescente es un problema complejo cuya prevención, atención y erradicación no puede posponerse más. El recorrido por los datos, legislación, informes y estadísticas muestra que las causas de su origen tienen una fuerte relación con la normalización de la violencia sexual de la que niñas, adolescentes y mujeres adultas son víctimas.

Por ello y con la intención de visibilizar la situación, la asociación Matatena —a la cual Nosotrxs ha dado seguimiento a través de su Programa de Liderazgo e Innovación para la Democracia— realizó el informe  “Maternidad infantil y adolescente en Coahuila: 2019”, el cual fue respaldado por organizaciones y colectivas como Nosotrxs, Saltillo Decide, Asociación Cívica de la Laguna, Incide Femme, Defensoras Digitales Coahuila y Sí hay mujeres en Durango, entre otras.

El informe cuenta con estadística sobre maternidad infantil y adolescente, un análisis sobre el panorama de violencia sexual y el marco legal del estado de Coahuila, así como recomendaciones para abordar la problemática desde el gobierno y la sociedad civil organizada.

Consulta y descarga el Informe Maternidad infantil y adolescente en Coahuila 2019 (Matatena) BAJA.

5abr. ¡A la carga, valedores!

¡A la carga, valedores! por Mauricio Merino

El guion y el escenario de la contienda electoral ya estaban diseñados y ahora llegan los actores secundarios: iniciaron las campañas que desembocarán el 6 de junio, confirmarán lo que sabíamos de antemano y nos llevarán a la siguiente fase del conflicto en curso. Los dos polos irreconciliables echarán mano de todos sus recursos –cuando escribo todos, me refiero a todos—y el tercero en discordia intentará asomarse en medio del fragor y el humo. La contienda está servida.

De un lado, el presidente López Obrador como figura principal e indiscutible de los comicios que vendrán. Con el genio político que lo llevó al Ejecutivo en el 2018, ya logró también que las elecciones del 2021 lleven su sello personal y que ninguna de las personas que participarán lo olviden: al ir a las urnas, se votará a favor o en contra del poder otorgado al presidente. Punto.

Dudo mucho que el presidente se aísle del proceso electoral, porque su presencia simboliza y sintetiza el capital político de los seis partidos que lo respaldarán –subrayo de nuevo: ellos seguirán al presidente, no al revés-. De modo que si se guardara, obedeciendo la letra de la Constitución y de las leyes, se reblandecería el cemento que los une y correrían el riesgo de perder la mayoría absoluta a la que aspiran. Así que no hay lugar a dudas: de una u otra forma, el presidente seguirá en campaña y mientras más se discuta sobre la legalidad o la pertinencia de sus intervenciones, tanto mejor para su causa.

También sabemos que, en el otro extremo, los tres partidos coaligados para defenestrar al presidente no podrán alegar más que su rechazo radical a cualquier idea que venga o haya venido del Palacio Nacional. Es innecesario volver sobre esta afirmación. No pueden invocar el pasado que protagonizaron porque se saben culpables de la situación que hoy está viviendo México y carecen de argumentos atenuantes. Si quieren regresar, no tienen más opción que caerle a palos al presidente y sus aliados. Sus alegatos se reducen a los meses que han corrido desde el 2018: el pasado los inculpa y el futuro los amenaza. Por eso sus campañas serán inevitablemente negativas. Cuando no hay nada que afirmar, se niega.

En estas campañas no habrá argumentos ni razones ni programas ni proyectos, porque esos ya se trazaron antes. Habrá emociones enfrentadas. Como escribió Rosanvallon (El Siglo del populismo. Historia, teoría, crítica), se activará “la rabia de no ser reconocido, de ser abandonado, despreciado, de no importar nada a los ojos de los poderosos”; competirán las versiones complotistas y conspirativas que alimentan el resentimiento, para tratar de “restaurar la coherencia de un mundo indescifrable y amenazador” y la política fraseada como guerra para desalojar todo vestigio del pasado infame o para impedir la instauración de un nuevo régimen autoritario. No habrá razones sino pasiones: ¡acabaos los unos a los otros!

El único partido que decidió negarse a esa polarización -Movimiento Ciudadano, el tercero en discordia— tendría que hacer magia para salvarse del fuego entrecruzado por los dos polos principales y atrincherarse, acaso, en los muy escasos argumentos democráticos que vayan quedando vivos en medio de la guerra de odio y de las violencias que se multiplicarán desde hoy y hasta que alguno de los contrincantes principales haya sido eliminado o haya levantado la bandera blanca.

De nuestra parte -quienes no militamos en partidos pero sí participamos en la vida política de México- asistiremos a esta belicosa etapa de la vida nacional pugnando tercamente por la cultura de la paz y por la garantía de los derechos para los grupos vulnerables de la sociedad. Será una voz gritada en medio de disparos y estallidos. Pero no nos callarán, ni tirios ni troyanos.

Columna publicada originalmente en el diario El Universal.