Por un Fondo Único de Reconstrucción Nacional

Publicado originalmente en: El Sol de México

Por Alan Aizpuru*

Con el terremoto del 19 de septiembre, al igual que 32 años atrás, la Ciudad de México y el país vivieron un vuelco social que emuló al de las placas tectónicas bajo la tierra. Terminó de descubrir lo que ya sabíamos, pero continuaba solapado: injusticias, inequidades, apadrinamientos y una industria inmobiliaria corrupta. También descubrió una hermandad tan potente y tan sincera que sorprendió al mundo entero.

La reconstrucción de nuestro país requiere una planeación política y social que trascienda los procesos electorales y los intereses partidistas o empresariales. En otras palabras, exige una política transexenal sin precedentes. La reconstrucción de nuestro país no debe ser negocio financiero entre particulares ni una pauta publicitaria para políticos: es un llamado a la unidad de ideas y objetivos para poner los cimientos de un nuevo México libre de corrupción.

Ante tal responsabilidad, y para asegurar el éxito del proceso, lo primero que se necesita es contar con el apoyo y la confianza pública. ¿Cómo puede un proyecto así contar con la confianza pública? Con la participación de todos los sectores de la sociedad, donde los afectados tengan un lugar preponderante en la toma de decisiones, no solamente en papel; donde entidades públicas y empresarios, académicos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación, entre otros, colaboren sin que ninguno de ellos lleve la batuta única.

Si bien varios sectores han comenzado ya su propio esfuerzo de reconstrucción, lo que se debe evitar es la fragmentación de éstos, pues, como dice el dicho, “unidos somos más”. La manera de evitar la duplicidad de funciones, fomentar la transparencia y hacer que la ayuda llegue a quienes más lo necesitan es la creación de un Fondo Único de Reconstrucción Nacional, propuesta impulsada desde la sociedad civil.

El Fondo Único, dirigido por un cuerpo de profesionales, iría más allá de los partidos y de los negocios particulares. Le permitirá a los observatorios de transparencia y rendición de cuentas un monitoreo focalizado y exhaustivo de los recursos: llegaría a quienes de verdad necesitan la ayuda.

No debemos ceder a la desconfianza frente a los mecanismos de poder, ni al juego del dinero. No debemos dejar que aquellos que propiciaron las condiciones del desastre sean los que dirijan su proceso de reconstrucción. La reconstrucción debe abrir nuevas vías a través de un diálogo nunca antes logrado. Reconstruyendo los edificios caídos reconstruiremos también las estructuras maltrechas de la sociedad mexicana. Levantaremos no solamente casas, sino los cimientos sociales de nuestro país, para no repetir los errores de siempre.

*Representante de la CdMx de Nosotrxs

@NosotrxsMX

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