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“Corrupción no tiene que ver con ideología”

Publicado en El Universal

Para el investigador Mauricio Merino Huerta, estudioso de la corrupción, está muy claro: ese delito es un fenómeno sistémico, no una disputa de buenos contra malos, ni hay corruptos por razones ideológicas.

Si no se entiende que la corrupción es “la captura del Estado, presupuestos, decisiones, como si fueran un patrimonio y para hacer negocios o ganar poder”, ésta seguirá y sólo podría cambiar de dueño, advierte en entrevista con EL UNIVERSAL.

Merino Huerta, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), coordinador de la Red por la Rendición de Cuentas, considera sincero el interés del presidente Andrés Manuel López Obrador de combatir la corrupción, pero no basta: urgen instituciones, conocimiento, indicadores y esto no es de izquierda ni de derecha, es la garantía de que cuando ya no esté en el gobierno, todo funcione.

¿La política anticorrupción de Andrés Manuel López Obrador es efectiva o discurso?

—Ese combate es la justificación universal de sus decisiones: cancelar el aeropuerto, cerrar la transferencia de recursos a programas sociales, enfrentar el huachicoleo. Le ha dado éxito político porque hay mucho agravio en la sociedad y da esperanza.

Pero está la existencia obligada —por la Constitución— de una política anticorrupción que involucra a todos en el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). Porque no es sólo un problema del Ejecutivo federal, debe ser tarea compartida y con una sola interpretación de corrupción. Eso no se ve claro.

¿Y sus decisiones van en el camino correcto?

—Antes hay que ver su forma de concebir la corrupción: la batalla de malos contra buenos, en la que los buenos ocupan cargos públicos con honestidad, pues comparten ideario político, y malos, que los han usado para tener poder y riqueza.

Centra todo en la sencillez unida con la bondad en el carácter de las personas, y no, la corrupción es un sistema.

¿Basta hacer de la corrupción un delito que se castiga con cárcel?

—Es la otra versión de la corrupción, que la confunde con impunidad y dice que se combate castigando corruptos y ya. Pero se puede pescar un pez gordo como Javier Duarte en Veracruz y dejar intacta el agua donde creció la corrupción, vendrá otro Duarte, lo aseguro. Pero la gente quiere esa venganza.

El Presidente dice: ‘No voy a usar chivos expiatorios’, y creo que es correcto, pero si se deja todo igual, el fenómeno sigue.

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