Publicado en Animal Político
Por Itxaro Arteta
Cecilia Dimas tiene que tomar todos los días un microbús y metro para ir y venir a su trabajo, pero algo tan cotidiano implica para ella dificultades que no tiene la mayoría de la gente: es de talla pequeña y el transporte público en México no está adaptado para las personas con discapacidad, a pesar de existir un Fondo presupuestario especial para eso.
Ella, para empezar, le hace la parada al microbús en un tope, para de ahí apoyarse y poder subir, porque los escalones de este transporte le quedan demasiado altos. Después, si los tubos y pasamanos son muy gruesos, le cuesta trabajo agarrarse bien porque sus manos son de dedos muy cortos. Luego se cambia al metro para llegar a su destino final. Al subirse, busca los primeros vagones reservados para mujeres, pero si lo usa en hora pico, sabe que tendrá que sufrir ir sofocada por debajo de la altura del resto de usuarios.
Cecilia trabaja haciendo labores de limpieza en un hospital de Iztapalapa, alcaldía en la que también vive, y está acostumbrada a viajar en transporte público, pues desde los 22 años es independiente y en su familia siempre la impulsaron a valerse por sí misma.
Este martes dio voz a las muchas dificultades que viven las personas con alguna discapacidad durante la presentación de una plataforma para denunciar la falta de inclusión en el transporte público y el mal uso del dinero destinado a eso Fondo para la Accesibilidad en el Transporte Público para las Personas con Discapacidad (Fotradis), presentada por el colectivo #MovilidadSinLímites.
Un día, contó Cecilia, le pidió a alguien que le cediera el asiento reservado y primero no quiso, argumentando que era para mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con bastón, como muestran los dibujos. Ella le enseñó su credencial de persona con discapacidad y el resto de pasajeros criticaron a quien iba sentado, hasta que finalmente accedió.
“El transporte no está adecuado a mí ni a las personas con discapacidad. No tenemos una inclusión: el pasamanos, el asiento reservado, los escalones son muy altos, no hay rampas, y la verdad es una vivencia injusta”, reclamó.
Pero esto no debería ser así. Desde 2011, existe en México el Fotradis, y desde entonces se le han destinado 4 mil 450 millones de pesos. Sin embargo, las ONG agrupadas en el colectivo denunciaron que el dinero se ha utilizado con otros fines, como invertirlo en infraestructura física, o en transporte que tiene un objetivo asistencial, como trasladar personas a sus rehabilitaciones, en lugar de fomentar una vida cotidiana con normalidad.
En 2017, hubo presupuesto que se entregó al Club Rotario de Baja California para adaptar sus instalaciones. En 2016, en Nayarit, supuestamente se invirtió en una playa pública y 16 parques, pero no existieron.
El colectivo denunció como uno de los principales problemas la poca claridad en los criterios para distribuir el presupuesto entre las 32 entidades. Según su cálculo, Ciudad de México, Estado de México, Michoacán, Veracruz y Guanajuato han recibido más de 50 millones de pesos que les hubieran correspondido por la cantidad de personas con discapacidad que viven en ellos. En cambio, a Durango y Zacatecas les han llegado 110 y millones más de lo que les correspondía.
Apenas este año se estableció en los lineamientos de operación que se reparta proporcionalmente, pero de los años pasados no hay información.
La activista y periodista Katia D’Artigues, de la organización Yo También, subrayó que aunque oficialmente en México hay 7.4 millones de personas con discapacidad, hay que pensar que no solo ellas viven esa condición, sino sus familias, por lo que si se multiplica, se podría hablar de 28 millones de mexicanos que viven con la discapacidad en casa y necesitan medidas para mejorar su calidad de vida.
Otra de las principales deficiencias está en la falta de transparencia. Los lineamientos que regulan este Fondo establecen que los estados deben publicar en internet los proyectos a los que lo destinan, metas, proveedores y avances. Sin embargo, #MovilidadSinLímites encontró que o no existen portales web donde se dé la información, o está incompleta.
Por ello, Gloria Pérez, de la Red Nayarita de Personas con Discapacidad, inició una investigación mediante solicitudes de información y un rastreo minucioso de qué había pasado con los proyectos que se habían inscrito para obtener recursos del Fotradis, y que en muchos casos no se llevaron a cabo.
En alianza con la organización Nosxtros, crearon un mapa interactivo para hacer visual toda esa información, en la página movilidadsinlimite.org.
Ahí no solo se pueden ver esos datos, sino que el colectivo anunció que será una plataforma abierta al público para que las personas puedan contar su historia de las dificultades que, como Celia, viven día a día en sus traslados sin un transporte público incluyente.
“Lo que está en juego no es el ejercicio efectivo de los recursos del Fotradis, sino la vulneración sistemática de derechos de personas con discapacidad en todo el país. Se trata de la dignidad de las personas, de asegurar un trato humano e incluyente, con recursos destinados para ese fin. Todas las autoridades comparten responsabilidad en la opacidad y mal uso de los recursos y hacemos un llamado a lo obvio: a cumplir la ley y acatar los propios lineamientos publicados por ellas”, señalaron las ONG en la presentación del informe.
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