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Frenan 60 mil recetas falsas para ‘huachicolear’ fármacos en IMSS

Publicado en Milenio

DIEGO ENRIQUE OSORNO Ciudad de México / 

La falsificación de recetas médicas para ordeñar a diario desde medicinas generales hasta fármacos para el tratamiento de personas con enfermedades como diabetes, cáncer o VIH es una de las técnicas usadas por las diversas redes de corrupción que operan en el sistema de salud oficial de México.

Al igual que el robo de gasolina en Pemex, los medicamentos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se convirtieron durante los últimos años en un boyante negocio ilegal, que el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de huachicoleo, el cual ha generado perdidas millonarias y ha afectado la salud de miles de pacientes.

Un reporte interno del IMSS revela uno de los modus operandi de estas bandas, a partir de una investigación concretada apenas el pasado 25 de abril en Torreón, Coahuila, donde el organismo encontró en el Hospital General de Zona 16 cuarenta cajas con 60 mil recetas presuntamente apócrifas, las cuales ya fueron aseguradas por el instituto.

Modus operandi

De acuerdo con datos de la investigación No. COA237/2019, los recetarios son elaborados por la empresa Formularios de México SA de CV para luego ser entregados en Ciudad de México a la Dirección de Prestaciones Médicas del IMSS, la cual a su vez distribuye las impresiones oficiales a las distintas delegaciones estatales del país, donde son recibidas por una figura oficial llamada Controlador Delegacional de Recetarios e Incapacidades, la cual tiene la función de distribuir en los diversos hospitales de su delegación los blocs de los recetarios.

Los blocs de recetas médicas son recibidos finalmente por los departamentos de Abastecimiento y Almacén de cada hospital del IMSS, los cuales, a su vez, surten de las mismas a los médicos que laboran en la institución para que puedan atender a los pacientes beneficiarios de la seguridad social y garantizar su derecho a recibir medicinas de manera gratuita para aliviar sus padecimientos.

Sin embargo, la investigación de Torreón detectó que antes de ser enviados a los médicos, los recetarios son reemplazados por otros apócrifos que mantienen un amplio parecido en lo general e incluso tienen el mismo número de folio, pero tras un análisis hecho por peritos especializados en documentoscopía se establecieron alteraciones en tipografía, color, diseño y tintas.

Tras esta suplantación de los documentos oficiales, de la que no necesariamente se enteran los médicos que dan consulta, los recetarios originales son usados para robar los medicamentos, entre los que destacan los necesarios para atender la diabetes, así como el material oncológico de quimioterapias de las personas que padecen cáncer o los antirretrovirales de pacientes con VIH.

Mientras tanto, los médicos generales expiden —la mayoría de las veces sin saberlo— los recetarios apócrifos suplantados de manera previa por las redes de corrupción, de tal forma que cuando los pacientes llegan a las farmacias a solicitar sus medicamentos, estos ya no se encuentran disponibles a causa del huachicoleo.

Problema sistemático

De acuerdo con un análisis nacional hecho por Nosotrxs, un movimiento civil contra la corrupción, 22.9 por ciento de personas que recibieron recetas médicas de sus médicos en el servicio público no obtuvo los medicamentos requeridos.

Mauricio Merino, coordinador general de esta organización que impulsa en redes sociales la campaña #MedicinasParaTodxs, envió hace poco al presidente López Obrador una carta en la que le pide atender esta problemática.

“Entre 2001 y 2015 —dice la misiva pública— la Auditoría Superior de la Federación realizó 272 observaciones al sector salud. Y la CNDH ha extendido varias recomendaciones generales por desabastecimiento de medicamentos; incluso en las encuestas de satisfacción del IMSS 2015, 2016 y 2017 se visibiliza este problema sistemático”.

A su vez, el presidente López Obrador, durante su cruzada contra el robo de combustible, dijo el pasado 1 de febrero que el gobierno gasta alrededor de 80 mil millones de pesos en medicinas, “pero hayhuachicoleo también en la compra de medicinas. Se llegó al extremo de robarse dinero de las medicinas. Todo eso lo vamos a corregir”.

La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, a cargo de Santiago Nieto, confirmó que está investigando también esta problemática pero mediante el seguimiento de facturación fraudulenta en la compra y venta de medicamentos públicos por parte de proveedores oficiales del gobierno.

Hasta el momento, la investigación del IMSS en el Hospital General de Zona 16 de Torreón es el primer golpe que se conoce del actual gobierno federal contra las redes de corrupción dedicadas al robo de medicamentos públicos: El pasado 26 de abril, Jorge Marrón, apoderado legal del IMSS, acudió a la Fiscalía General de la República para denunciar la elaboración y uso de “recetas apócrifas para surtir de manera indebida medicamento en perjuicio de los servicios de salud y patrimonio de este instituto”.

Punta de la madeja

La dimensión del problema es nacional, reconoce Adalberto Méndez López, actual director de Vinculación Institucional y Evaluación de Delegaciones del IMSS, quien confirmó la investigación realizada en Torreón y aseguró que en estos momentos se encuentran otras en marcha en distintos lugares del país: “No podemos dar detalles para no comprometer las investigaciones, pero ya tenemos otras investigaciones abiertas en diferentes partes del país”.

Méndez consideró equiparable el uso del término huachicoleo para este fenómeno criminal:

“Si hacemos una equiparación con el huachicoleo del combustible, este huachicoleo de medicamentos es evidente. Se están sustrayendo estas medicinas que son para diabetes, para tratamientos oncológicos, es decir, son medicamentos verdaderamente delicados que no están llegando a quien verdaderamente lo necesita. Se está abriendo un canal alterno de distribución no oficial de producto que representa un daño patrimonial, no solo para el Instituto, sino para todos los mexicanos”.

Cada día, a escala nacional, los médicos del IMSS expiden alrededor de 650 mil recetas para que los pacientes beneficiarios de la seguridad social reciban medicamentos de manera gratuita. Solo en el Hospital General de Zona 16 se atiende a medio millón de personas de Torreón y municipios vecinos. Tres mil recetas se expiden diariamente.

“Todavía no podemos estimar exactamente el tamaño del quebranto detectado en Torreón, pero sin duda es un fraude millonario”, explicó el funcionario federal.

Negligencia y encubrimiento

Aunque algunas denuncias por este tipo de robo de medicamentos ya habían sido realizadas en gobiernos anteriores, éstas eran minimizadas para no ser atendidas por las autoridades del instituto, comentó Méndez López: “No podría decirte si fue por negligencia o por encubrimiento, eso lo determinarán las investigaciones de la fiscalía, pero lo que sí te puedo decir es que la orden del director general, Germán Martínez Cázares, fue la de que nosotros investigáramos cada denuncia y eso es lo que se está haciendo”.

Al arranque del actual gobierno federal fueron sustituidos 23 de los 32 delegados estatales del IMSS. “Nunca había existido un cambio tan grande y esto ha funcionado porque los nuevos delegados están rompiendo con las inercias que había anteriormente”, consideró el funcionario.

 De acuerdo con el reporte de la investigación, funcionarios actuales y ex funcionarios forman parte de estas redes de corrupción. Y no solamente aquellos encargados de administrar y distribuir los recetarios, sino también algunos de los responsables de las farmacias del Seguro Social, lo cual explicaría por qué buena parte de las denuncias eran desatendidas anteriormente, aseguró el director de Vinculación.
“¿Que es lo que puede hacer el que dispensa la medicina si está coludido con este tema? Le dice al paciente: ‘No hay medicinas, vente la siguiente semana’. Y entonces lo que dice es que hay desabastecimiento o que ya sacaron medicamento y a la siguiente semana llega el nuevo cargamento. Entonces no nada más es el que la distribuye, también puede haber colusión con el que está otorgando o retirando este folio de los recetarios”, detalló Méndez.
“Pronto daremos a conocer el resultado de las otras investigaciones en marcha. Esto es apenas la punta de la madeja”, advirtió el funcionario, quien prevé que en las próximas semanas se den “resistencias” por parte de las redes de corrupción, pero también consideró factible que aumenten las denuncias ciudadanas. “Sin duda que habrá reacciones a esto que estamos haciendo, pero el director general ha sido enfático: ninguna reacción por parte de los grupos criminales que estén tratando de sangrar el patrimonio del IMSS tendrá que ser suficiente como para intimidarnos al frente de estas acciones que estamos realizando”, expresó el funcionario del IMSS.
nosotrxs

Nosotrxs no es partido

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino

Nos enteramos por las listas que publicó el INE al concluir enero, en las que daba cuenta de las organizaciones que buscan su registro como nuevos partidos nacionales. Fue una noticia que pasó casi inadvertida: a juicio de los funcionarios de esa institución, 87 agrupaciones habían cumplido con los requisitos necesarios para convocar a 20 asambleas estatales o 200 distritales, con el propósito de afiliar al final del año, cada una, un total de 233,945 militantes y ganarse un sitio en las boletas de 2021. Si todas lo lograran, sumarían 20 millones 353 mil ciudadanos dispuestos a militar en todo el territorio.

Doy estos datos, porque Nosotrxs, una organización que nació en el 2017 para oponerse a la vulneración sistemática de los derechos y que no busca ser partido, se inconformó ante el INE cuando se enteró que había otra que usurpó su nombre, quitándole la equis, para llamar a la afiliación masiva. La nuestra, Nosotrxs, se escribe con X para abrazar la diversidad en todas sus manifestaciones: esa equis permite llamarla Nosotros —como lo hacen muchos de sus militantes—, o Nosotras e incluso Nosotres. Es una grafía deliberadamente incluyente que, sin embargo, se pronuncia generalmente del mismo modo que la del nombre elegido por quienes pretenden robar su identidad para sorprender a quienes acudan a sus convocatorias. El argumento absurdo esgrimido por el INE es que como Nosotrxs no busca el voto sino la defensa de los derechos, su alegato no tiene cabida en el espacio electoral.

No es un asunto trivial. Nosotrxs tiene representación en casi toda la República, ha sido el movimiento más mencionado en los medios de comunicación durante los dos últimos años, tiene una vasta militancia que suma a miles de personas organizadas en torno de causas de vulneración concretas —como el reconocimiento de los derechos laborales de las trabajadoras de hogar, la colaboración con damnificados en el proceso de reconstrucción de la CDMX, la oposición organizada al huachicol de las medicinas, la exigencia de transparencia en los partidos políticos, la salvaguarda de los derechos de niñas, niños y adolescentes, entre un largo etcétera— y ha acumulado un tráfico en redes sociales que supera con creces los números exigidos por la ley para formar un nuevo partido.

Pero Nosotrxs no aspira a la representación electoral, porque sus integrantes estamos convencidos de que, en este momento, el país también necesita otro tipo de militancia política y social. Creemos que los partidos no son —ni deben ser— el único espacio de participación política. No todo consiste en pelear por votos, sino por la revolución de las conciencias y por el respeto de todos los derechos para todos; la política no es la que se concentra solamente en la busca del poder, sino también la que organiza la diversidad y exige que haya igualdad y verdadera democracia, porque el Estado no es patrimonio de unos cuantos.

Listillos, los promotores de la organización que quiere aprovechar el nombre de quienes hemos decidido actuar en la vida pública de México al margen —que no en contra— de la competencia electoral, están engañando deliberadamente a los ciudadanos. Les hacen creer que se están sumando a otra organización y, de paso, desacreditan a la nuestra.

El INE convalidó esa trampa. Pero confiamos en que prospere pronto la impugnación que interpusimos ante el Tribunal Electoral a la vista de esa flagrante mala fe y que el despropósito sea corregido de conformidad con el derecho. Pero también apelamos a que quede claro que Nosotrxs no está buscando registro como partido y pedimos que se sepa que cualquier persona que convoque asambleas con ese nombre, está tomándoles el pelo. Ojalá esas mañas sean solamente golondrina y no el anuncio anticipado del tipo de partidos y de autoridades que tendremos en el 2021.

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3º informe de cumplimiento de las obligaciones de transparencia de los partidos políticos

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Partidos políticos opacos ante la ciudadanía

 

Los partidos políticos incumplen en promedio un tercio de sus obligaciones de transparencia. Cuatro de siete partidos políticos reprueban la evaluación de transparencia.

Los partidos políticos prefieren “llenar los expedientes burocráticos” para cumplir ante los requisitos mínimos de cumplimiento, antes de preocuparse por probar ante los ciudadanos qué hacen para representar sus intereses.

 

De acuerdo con la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LGTAIP), los partidos políticos deben explicarnos a los ciudadanos cuáles son sus metas y sus objetivos, en qué y cómo gastan los recursos públicos, cuál es su estructura, quiénes son sus militantes, quiénes son los responsables de la elección de sus candidatos, con quién mantienen contratos y convenios, cómo eligen a sus dirigentes y cuáles son las resoluciones de la autoridad electoral sobre sus ingresos y sus gastos, por mencionar solamente las fundamentales.

De las 63 obligaciones establecidas en los artículos 70 y 76 de la LGTAIP, los partidos políticos incumplen en sus portales de Internet en promedio casi un tercio: 17 de ellas. En cuanto a las que cumplen, observamos que hay variaciones notables en calidad y en cantidad; las actualizaciones no son sistemáticas y, a pesar de que el artículo 62 de la LGTAIP establece que los partidos políticos deben poner al día su información de manera trimestral, esto no sucede.

Asimismo, el nivel de cumplimiento de las obligaciones de transparencia en los portales de Internet es muy distinto al que se registra en la plataforma del SIPOT del INAI (ver gráfica). En algunos casos, el cumplimiento es nulo o prácticamente inexistente, lo que revela el menosprecio de esa vía de comunicación directa con la ciudadanía. Los partidos políticos han preferido “llenar el expediente burocrático”, exigido por el órgano garante de la transparencia (INAI), para evitar sanciones, antes que probar ante los ciudadanos qué hacen para representar sus intereses, para legitimar al régimen político, para construir confianza ciudadana o para resolver demandas sociales.

Frente a este pobre cumplimiento, vale la pena recordar que los partidos políticos reciben cantidades millonarias de recursos públicos. Tan sólo en 2019 MORENA recibirá 1,567 millones de pesos y, sin embargo, apenas cumple con el 8.8% de sus obligaciones de transparencia en su portal y con el 75.8% en el SIPOT. De manera semejante, el PAN recibirá 861 millones de pesos, pero sólo cumple con el 3.7% de sus obligaciones en su propia plataforma y con el 80% en el SIPOT.

Para Nosotrxs, esta evidencia es suficiente para afirmar que, más allá del momento político en que se encuentren (antes de campaña, durante las campañas o después de ellas), los partidos políticos no se han comprometido seriamente con la transparencia como un valor fundamental de la vida democrática. Observamos que acceder a la información pública de los partidos es un proceso complejo y muy poco amigable; que homogeneizar la información de los sujetos obligados en formatos de Excel no significa que la información contenida en dichos formatos sea de calidad ni mucho menos de fácil acceso; y que el cumplimiento formalista y burocrático de las obligaciones de transparencia no se traduce en apertura y rendición de cuentas de los partidos hacia los ciudadanos.

La transparencia no es un trámite, sino un derecho fundamental que debe ser garantizado sin cálculos políticos ni titubeos por las autoridades del Estado. Los partidos deben asumir la tarea de impulsar de forma proactiva la congruencia entre sus ideales y sus acciones, entre sus objetivos y resultados y presentar toda su información al juicio crítico del pueblo al que se deben. Por su parte, los órganos autónomos responsables de la gestión electoral y de garantizar la transparencia, deben actuar con energía para cumplir con las obligaciones que les han sido encomendadas y darse a la tarea de exigir a los partidos que cumplan de inmediato con los mínimos establecidos en la ley, sin excusas ni pretextos.

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Saul Lopez

Ante la 4T, exigencia de derechos

Publicado en El Sol de México

Los procesos de exigencia de derechos son un pilar fundamental de la consolidación de la democracia, ahí donde la sociedad civil está organizada para procurar sus derechos es muy probable que haya mayor pluralidad e instituciones democráticas fuertes.

Cuando hablamos de exigencia de derechos nos referimos a cuando colectivos que han sido discriminados de manera sistemática en un ámbito en particular — claro que hay grupos a los que se les puede estar vulnerando más de un derecho– se organizan para que se garantice cabalmente un derecho que ostentan en la ley pero que no se materializa en su realidad. El presente artículo busca argumentar la importancia de construir y promover estos procesos, que además cobran particular relevancia en la historia en el México contemporáneo.

Una forma de resumir la historia de México a partir de 1917 es la de los “derechos” que no se cumplen. La Constitución promulgada aquel año fue una carta de deseos y aspiraciones más que una realidad. En ese momento esto no era una preocupación, el país venía saliendo de una guerra civil y las instituciones del Estado estaban por fundarse. Más de 100 años después, gran parte del texto constitucional sigue siendo lo mismo, un conjunto de buenos deseos de aspiraciones, pero no de realidades. Es verdad que a partir de 1990 hubo avances en el reconocimiento de los derechos que no se cumplían. En este sentido se creó la CNDH y un conjunto de instituciones a nivel local y federal que velaban por los derechos de las personas. A la par y de forma profundamente contradictoria, en las últimas dos décadas la crisis de derechos en México se ha profundizado, en gran parte debido a la violencia desatada por el narco, pero no solamente, muchos otros derechos como lo son laborales, indígenas, de personas en prisión, etc. se encuentran en una situación deplorable.

En tiempos de la Cuarta Transformación este es un tema impostergable. La vara con la que debiéramos juzgar desde ahora al nuevo gobierno es la de los derechos de todos y todas. ¿Qué se está haciendo? ¿En que se está avanzando? ¿En que no y por qué? Otra lección que no podemos olvidar del siglo XX es que el Estado no puede ni debe ser toda la vida pública, no debe subordinar a la sociedad y desear que esta se conforme. Hoy se vuelve fundamental la organización de la sociedad para defender y exigir derechos, parece ser la única alternativa ante los excesos que un gobierno con poca oposición puede cometer. ¿Organizarse como sociedad es volverse oposición? ¿Es pasar, en términos del presidente, al bando fifí y conservador? En lo absoluto. Es preciso recuperar en el presente la ideas de contrapeso al poder y de fiscalización ciudadana. Desde la izquierda podemos estar de acuerdo con muchas ideas y propuestas del presidente, pero no podemos respaldar malas implementaciones, falta de profesionalización, y, sobre todo, que sigan sin cumplirse muchos de los derechos de todas y todos.

Se debe de entender que estamos en un momento crítico, no solo por las grandes problemáticas que enfrenta el país, sino por la promesa del nuevo gobierno de solucionarlas. Podemos anticipar que mucho de eso puede que se quede en promesa, pero también que la única forma de que, al menos en parte, se vuelva realidad es con la presión constante de la mayoría de las y los ciudadanos. Las formas de esta presión son muchas; nosotros apostamos por la exigencia colectiva de derechos, pues la consideramos necesaria, pero también viable.

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Todo México es Minatitlán

Publicado originalmente en El Universal

Por Mauricio Merino

Una masacre en Minatitlán, cometida con una crueldad horrible, nos hIzo olvidar que apenas unas horas antes habían sido descubiertas 36 nuevas fosas clandestinas en el Puerto de Veracruz que, a su vez, seguían al hallazgo de otras 343 acumuladas antes, solamente en Veracruz. No se cuenta Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Morelos, la Ciudad de México o cualquier otra parte del país.

Mientras tanto, los representantes del Estado mexicano gritan. En Veracruz, por ejemplo, hay una disputa entre el Gobernador y el Fiscal de la entidad, porque responden a intereses políticos distintos. Y el día de hoy, seguramente, el presidente hablará otra vez de los conservadores y de los neoliberales desde el Puerto para justificar por enésima ocasión su estrategia militar y la entrega masiva de dinero público. Una vez más, los muertos y los desaparecidos serán sepultados por las palas de tierra plagadas de palabras. El pleito principal de la semana previa fue emblemático: lo fundamental no era la impotencia del Estado sino la macabra aritmética de la desgracia. Vamos ganando, dice el presidente, porque sus colaboradores le reportan unos cuantos muertos menos que antes.

Sin embargo, buena parte del territorio mexicano está controlado por la delincuencia organizada. ¿Cuánto? Nadie lo sabe a ciencia cierta, porque ese control sucede a veces de manera explícita y muchas otras a través de los gobiernos de los estados y los municipios que cada vez están más infiltrados y más sometidos a los poderes fácticos. Se nos olvida que, si Andrés Manuel López Obrador no hubiese ganado las elecciones del 2018 como las ganó, las recordaríamos todavía como las más violentas de la historia reciente del país.

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Yo acuso

Publicado originalmente en El Universal

Por Mauricio Merino

Sería buena cosa que el proyecto de Ricardo Monreal para modificar la composición y las competencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sirviera como revulsivo para poner en marcha el Sistema Nacional Anticorrupción, boicoteado desde su concepción por el gobierno anterior e incomprendido por la clase política actual. Y sería aún mejor que, además, ese revulsivo ayudara a revisar a fondo el funcionamiento de las instituciones que lo componen.

El Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) nació con fórceps en el sexenio anterior, tras los escándalos provocados por la Casa Blanca y Ayotzinapa. Pero una vez que se ganó la oportunidad de fortalecer las facultades de la Auditoria Superior de la Federación, de crear una Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción, de reformar el Tribunal Federal de Justicia Administrativa para sancionar las faltas más graves, de promulgar una nueva Ley General de Responsabilidades Administrativas que modificó de tajo el régimen disciplinario de México, de tipificar con mucha mayor precisión los delitos de corrupción en el Código Penal, de regular el intercambio de información entre instituciones que no se hablaban y de establecer la participación directa de los ciudadanos en la vigilancia y la operación de los órganos que integran ese sistema —todo en un solo trazo que no se compara con ninguna otra reforma concebida antes en esa delicada materia—, la clase política se dispuso a cerrar las puertas de la implementación. Aceptaron las leyes, pero no su cumplimiento. Si había de funcionar un entramado sofisticado para cerrarle el paso a la corrupción, tendría que ser hasta el sexenio siguiente.

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Voy derecho y no me quito

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino, coordinador de Nosotrxs

Dice la sabiduría popular que para cambiar los resultados de algo que no funciona, es indispensable cambiar la forma de conseguirlo (una idea que se atribuye a Albert Einstein, para otorgarle un toque de autoridad). Detrás de esa frase, sin embargo, se esconden dos desafíos: el primero es saber a ciencia cierta cuáles son los resultados que se desean y el segundo es que las modificaciones no sean una reproducción de errores pasados ni vuelvan aún más complejos los problemas planteados. Se dice fácil, pero esos dos desafíos suelen ser los enemigos principales de las políticas públicas.

Sabíamos que el nuevo gobierno de la República vendría a cambiar mucho, entre otras razones, porque ese fue el mandato que recibió. Sabíamos que las mudanzas no serían fáciles porque los problemas que enfrenta el Estado mexicano son gigantescos y las resistencias, mayúsculas. Sabíamos que se tocarían muchos y muy profundos intereses creados y que las decisiones no serían tersas. Otra perla de la sabiduría popular nos advertía que a grandes males, grandes remedios.

Lo que no conocíamos era el método que elegiría el presidente. Sabíamos que es un hombre tesonero —perseverante, dice de sí mismo—, que no acepta críticas con facilidad, que no cambia sus opiniones con sencillez y que es proclive a descalificar a sus antagonistas antes que debatir sus ideas. Pero nunca lo habíamos visto investido con el poder del Estado y no sabíamos —algunos incluso, lo negábamos— que estaría dispuesto a utilizarlo para imponer sus puntos de vista a cualquier costo. Para seguir con el refranero, no sabíamos que el remedio podría ser peor que la enfermedad.

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Buscan transparencia con Consejo

Publicada en Reforma
Samuel Adam

Cd. de México (29 marzo 2019).- A un año de renunciar como encargado de transparencia en la Comisión de Reconstrucción, el investigador del CIDE Mauricio Merino regresó como titular del Consejo Consultivo para dar máxima publicidad.

“Personalmente, me siento conmovido por las experiencias previas que tuve en la Comisión de Reconstrucción anterior. Hubo que dejarla en condiciones delicadas por el manejo impropio de los recursos”, indicó Merino al tomar protesta ayer.

El cuerpo cuenta con un equipo técnico que se reunirá diario con la Comisión, donde darán indicadores para el seguimiento del proceso.

Con cortes informativos semanales, también tendrá reuniones cada mes con damnificados para dar avances.

Además, el consejo se reunirá cada cuatro meses con la Jefa de Gobierno y aquellos que forman parte de la reconstrucción para informar avances y recomendaciones.

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amlo indígenas

Perdón, pero la culpa es nuestra

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino, coordinador nacional de Nosotrxs

Sería deseable que todos los programas presupuestarios del gobierno federal se justificaran, invariablemente, por su contribución a la igualdad social. “Por el bien de todos, primero los pobres” es un lema que puede convertirse en guía inequívoca para la programación de cualquier gasto. ¿Cómo contribuye este programa a la igualdad? Es una pregunta que puede anteceder a otra: ¿Cómo podrá medirse esa contribución? Si los proyectos presentados por la administración pública no logran responder a la primera o no consiguen satisfacer con criterios técnicos verificables la segunda, los gastos tendrían que desecharse (o justificarse, acaso, por razones estrictamente excepcionales).

Lo que hemos visto durante décadas es exactamente lo contrario: los programas presupuestarios han discriminado de manera sistemática a los grupos vulnerables, aun a pesar del marco normativo que los rige y, hasta ahora, no es evidente en absoluto que esa tendencia haya cambiado. Por el contrario, repartir dinero de manera individual a grupos selectos de la población, al margen de los derechos de las minorías y de la situación singular de los más pobres, no contribuye a disminuir los sesgos de la desigualdad. Se podrá alegar lo que se quiera, que el reparto indiscriminado de dinero entre pobres y no pobres es un error indiscutible de cualquier política distributiva.

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