Por Mauricio Merino, coordinador nacional de Nosotrxs
Tras la aprobación unánime de la Guardia Nacional, todos los grupos parlamentarios se entregaron a la alegría e incluso se disputaron la autoría de la obra legislativa. “Sí se pudo”, pusieron en cartelitos los legisladores de la oposición durante su conferencia de prensa; “¡La logramos!”, festejaron los de Morena, al pie de la tribuna de la cámara alta.
Tanta alegría aturde, porque la Guardia Nacional es, en el mejor de los casos, el resultado de un enorme fracaso. Es una de las expresiones más tristes de la decadencia del régimen democrático frente a los criminales. Es una prueba inequívoca de la incivilidad en la que vivimos. Es el reconocimiento explícito de que los cuerpos de policía que se diseñaron durante los gobiernos pasados fueron incapaces de cumplir su misión. Es la confesión de que se corrompieron e hicieron aún más grave el problema que debían atender. Es la renuncia explícita a abandonar el camino de la militarización que inició el gobierno de Calderón. Es la rendición vagamente condicionada de gobernadores y presidentes municipales ante un desafío que los rebasa completamente. Es la formalización de la entrega de esa misión a los militares.
Por el momento se realizará mediante un programa piloto del gobierno federal. Las cuotas serán mensuales y dependerán del salario y el número de patrones de las trabajadoras del hogar.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pondrá en marcha en los próximos días el programa piloto para asegurar a las trabajadoras del hogar.
El objetivo del plan es garantizar el acceso a la seguridad social al universo de 2.4 millones mujeres que laboran en este rubro, “en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores”, expresa el Instituto.
Las empleadas aseguradas podrán inscribir como beneficiarios a sus cónyuges o concubinos, a sus hijos e incluso a sus padres.
La cobertura que les dará el seguro social son servicios médicos, hospitalarios, farmacéuticos, atención obstétrica, incapacidades y pensión por invalidez y vida.
También, la posibilidad de generar un fondo para el retiro y tener derecho a prestaciones sociales, como velatorios y guarderías.
¿Cuánto costará?
La base de cotización se calculará considerando el salario de la trabajadora, el cual deberá oscilar entre un salario mínimo –o sea 102.68 pesos y 176.72 en la frontera norte— y el equivalente al valor de 25 Unidades de Medida y Actualización (UMA).
Por ejemplo, en el supuesto de una empleada que labora de planta –es decir, que trabaja solo en una casa— y que le pagan el salario mínimo, al mes obtiene 3,080.40 pesos. La cuota mensual que deberá pagar el empleador es de 904.22 pesos.
En caso de que trabaje en diferentes domicilios, la cuota de cada empleador será proporcional y se calculará entre todos los patrones. Cada uno deberá cubrir una parte.
Sin embargo, debido a que este trabajo ha permanecido en la informalidad, muchas de quienes trabajan en varias casas no tienen una jornada laboral constante. Dependen de si esa semana o esa quincena el empleador requiera su trabajo.
El pago se deberá realizar por adelantado. Es decir, dentro de los 20 primeros días de cada mes se cubrirá la cuota y la trabajadora estará asegurada todo el mes siguiente.
Germán Martínez Cázares, director del IMSS, ha informado que no será necesario que los patrones se inscriban al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Sin embargo, no ha aclarado si las trabajadoras deberán aportar también una cuota. Tampoco deja claro a los empleadores que el pago por el seguro social es independiente del sueldo que le pague a estas mujeres.
Paso a paso
Uno de los primeros pasos para incorporarse al IMSS es obtener el Número de Seguridad Social (NSS). El trámite se puede hacer por internet o en las subdelegacionesdel instituto.
Si se hace en las subdelegaciones, las trabajadoras deben presentar su Clave Única de Registro de Población (CURP), una identificación oficial y su acta de nacimiento.
Si lo hacen en línea, el sistema les pedirá su CURP, un correo electrónico y el domicilio de la trabajadora.
Una vez que ya tienen el NSS, lo siguiente es solicitar el aseguramiento. De igual manera, puede realizarse en la página de Internet del IMSS o en alguna subdelegación.
Para ambos casos les serán requeridos el NSS de la trabajadora, así como el nombre y domicilio del empleador.
El tercer paso es generar una línea de captura para el pago. Ya sea que se realice en alguna subdelegación o en el portal del IMSS, les pedirán indicar el salario mensual de la trabajadora y con cuántos patrones trabaja.
Al hacer ese trámite se le informará a quien lo realice la proporción correspondiente a cubrir por cada patrón.
Una vez que ya se realizó el pago en un banco, la trabajadora puede acudir a registrarse a su clínica del IMSS más cercana a su domicilio.
La noción de “sociedad civil” tiene una amplia historia dentro de la literatura política. Desde Hobbes, Locke y Rousseau, pasando por Kant y Hegel, hasta Marx y Gramsci. Concretamente, Antonio Gramsci lo usa -como explica Carlos Pereyra- para referir al complejo institucional donde se organiza el enfrentamiento ideológico y político de las clases sociales. Recurre al término para hacer mención de una diversidad de organismos mediante los cuales los miembros de una sociedad se integran en la actividad política y en el debate ideológico y así, el concepto ocupa un lugar definido con claridad en las ciencias sociales.
A partir de lo expuesto, se puede realizar una reflexión sobre la crítica del presidente López Obrador hacia las organizaciones de la sociedad civil en el sentido de sostener que conoce muy pocas de izquierda, sin embargo, se equivocó al generalizar.
La idea de sociedad civil ingresó a la arena política en México, sobre todo, por el impulso de empresarios y banqueros, tras la nacionalización de la banca en 1982. Sin embargo, se masificó luego del terremoto de 1985. En ese momento comenzó la configuración de la sociedad civil como un espacio donde se pueden encontrar múltiples organizaciones con diferentes -y hasta opuestos- valores, intereses, idearios y tipos de filiaciones, con base en los cuales es posible identificar las posiciones político-ideológicas de cada una de ellas. No se puede hablar, entonces, de una neutralidad u homogeneidad política y es esta idea sobre la cual tendría que darse la discusión pública.
Ahora, regresando a los comentarios realizados por el presidente, él señaló que hay quienes se han apropiado del término. Es en este punto donde parece más pertinente desarrollar el debate sobre el papel que han jugado diversas OSC en México. Es cierto que hay determinadas organizaciones que han usado el término para intentar monopolizarlo, sin embargo, se puede decir que actualmente, se encuentra en disputa para resignificarlo. Es decir, existen otras organizaciones políticas y civiles que han dado la lucha por diversas causas sociales. Para muestra, basta con ver el trabajo que realizan organizaciones o movimientos como Nosotrxs, Fundar México, Artículo 19 México, Centro Prodh, CDHVitoria, Cencos, Tlachinollan CDHM, GIRE, Fondo Semillas, entre otras.
Así pues, queda claro que se debe distinguir entre el conjunto de organizaciones que actúan en la arena política para no colocarlas a todas en el mismo saco. Es momento de dar la lucha por la legitimidad para definir lo que es de izquierda y disputar esa posición con el presidente si es necesario. Por un lado, es de celebrarse que diferentes OSC y activistas salieran a reivindicar su postura política e ideológica luego de las declaraciones del presidente, pues es preciso que se pierda ese miedo a asumirse abiertamente de izquierda.
Por otro lado, si bien es fundamental tomar en cuenta todos los matices cuando se habla de la llamada sociedad civil, hay que considerar que el discurso y la agenda predominante de estas, en muchas ocasiones, ha olvidado el papel central que tiene el análisis de clases sociales. Así como han reivindicado su postura de izquierda, sería oportuno que se reintrodujera el cuestionamiento sobre las relaciones entre las clases sociales para enriquecer el estudio de la realidad política, social, cultural y económica del país.
Nosotrxs -como una movimiento organizado de izquierda progresista- convoca al presidente de la República a no desconocer a las organizaciones que han sido actores clave en la lucha por lograr una sociedad más justa y más igualitaria. Un proyecto de izquierda democrática se construye entre los diferentes sujetos individuales y colectivos en un ambiente de pluralidad y reconocimiento mutuo.
Por Ignacio Macedo Castillejos, representante Nosotrxs en Chiapas
¿Quién demonios es la sociedad civil? Técnicamente es más fácil responder a esta pregunta señalando quiénes no son sociedad civil. No son sociedad civil los policías, los militares, los clérigos, los funcionarios públicos, gobernantes y autoridades en general. De tal forma que hay una dicotomía entre los que cuentan con autoridad legítima enmarcada por la Constitución y los que no cuentan con esa autoridad, es decir, los gobernados, que son los llamados civiles, que en su conjunto, constituimos eso llamado sociedad civil; y aun así, un funcionario fuera de servicio, se considera como civil.
En México y otras partes del mundo, existen organizaciones creadas por civiles con el propósito de desarrollar actividades no lucrativas que contribuyan al desarrollo social. Algunas de esas organizaciones se han constituido utilizando la figura de persona moral bajo la forma de Asociación Civil, las llamadas AC. Cabe señalar que en México, algunas de estas asociaciones son llamadas organizaciones de la sociedad civil (OSC), que es el punto inicial de confusión sobre si las OSC son equivalentes a la sociedad civil o no.
El centro del debate respecto a la posición del gobierno de AMLO y las llamadas “organizaciones de la sociedad civil” es que durante los últimos años, este tipo de asociaciones se han utilizado como intermediarias entre en gobierno y los beneficiarios de programas sociales al asignar recursos públicos a estas asociaciones por medio de entidades como la SEDESOL o el INDESOL. Esto nos lleva a un escenario en el que recursos públicos son ejercidos por personas que no son servidores públicos.
Otorgar recursos públicos a asociaciones civiles que funjan como intermediarios entre el gobierno y el beneficiario final de los programas, es hasta cierto punto un engaño a los ciudadanos, pues el ejercicio de los recursos públicos no se da por la vía del gobierno que ellos eligieron sino a través de intermediarios que pueden ser afines a ideologías políticas distintas a las de los gobernantes electos. No obstante, hay diferencias entre organizaciones de civiles que fungen como intermediarias y aquellas que se limitan la creación de valor social, la diferencia radica en si se otorga o no la decisión a una organización civil de seleccionar a los beneficiarios de un programa público, que de otorgársele se le está dando el poder de intermediación.
Puntos clave de este debate:
Estas OSC no representan directamente a la sociedad civil al no haber sido electos en proceso alguno avalado por autoridades electorales. De este modo, la opinión de una o varias OSC, no es equivalente a la opinión de la sociedad civil en su conjunto, solo una opinión más.
Si bien, varias asociaciones de civiles han mostrado eficacia para el cumplimiento de sus objetivos, el debate no debe centrarse en si las OSC hacen bien o no su trabajo, sino en si deben o no de utilizarse como intermediarios entre el gobierno y el beneficiario final de un programa público.
No hay que confundir ser intermediario entre gobierno y beneficiario final, y generar un servicio de creación de valor social. Hay organizaciones civiles que cuentan con experiencia probada en el desarrollo de capacidades o generación de información; esto último no es ser intermediario y no crea conflicto alguno sobre su legitimidad para hacerlo, pues el resultado de la intervención de la organización no implica decidir sobre la asignación del recurso público hacia un beneficiario.
En una economía de mercado, las asociaciones civiles no pueden operar con reglas distintas a las de otras organizaciones, la diferencia es que en este ámbito se crea valor social y ese valor social debiera ser reconocido por medio de una correcta administración que cree esquemas que no impliquen la intermediación de recursos públicos.
En el entorno mundial, este debate no es nuevo, desde 2002, John Hariss en su libro Depoliticizing Development (Despolitizando al Desarrollo) pone el dedo en la llaga al cuestionar la legitimidad de las organizaciones civiles para ejercer recursos públicos y el uso faccioso del término “capital social” en los discursos de desarrollo.
Concluyo con la aclaración de que soy un convencido del poder de la sociedad civil organizada. Actualmente soy miembro de Nosotrxs, un movimiento de civiles que no se erige como el representante de toda la sociedad civil, que no busca ser partido político y que sus fuentes de financiamiento son vía recaudación de fondos y por cuotas de recuperación de eventos que crean valor social en torno a una pedagogía política que busca contribuir a reducir la desigualdad y combatir la corrupción. Eso somos Nosotrxs.
Debo confesar que me ofendí —como si fuera cosa personal— con la andanada de descalificaciones que lanzó el presidente López Obrador en contra de la sociedad civil (esa a la que antes se llamaba pueblo), en contra de los expertos académicos (porque, parafraseando a Marx, hacen estudios y dan cifras, pero no hacen nada por transformar el mundo) y en contra de la “mafia” de la ciencia. Si mi madre todavía viviera, diría que esta semana “comió gallo”.
Había escrito un texto donde argumentaba que algunos de los integrantes de esos colectivos —al menos algunos, pues—, habíamos hecho todo lo posible por construir la democracia, por combatir la corrupción, por defender los derechos sistemáticamente vulnerados y por derrotar a la desigualdad en sus múltiples variantes. Era un texto en el que me atrevía a subrayar que algunas organizaciones, activistas y académicos —al menos algunos, pues—, le habíamos hecho frente a los abusos de la autoridad, habíamos denunciado a quienes se han apropiado de lo público y le habíamos plantado cara al régimen corrupto desde muy jóvenes. Escribí incluso que varios de nosotrxs estábamos lejos de ser fifís: que no habíamos acumulado nada, excepto un montón de libros y una larga lista de ideas y de ilusiones rotas en los muros del poder, doliéndonos acaso del futuro que jamás tuvimos. En ese colectivo hay abusivos, transas y gandallas, como en todas partes. ¡Pero hombre, presidente, no todos son iguales!
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presentó este lunes el “Programa piloto: Incorporación de las personas trabajadoras del hogar” con el cual se pretende otorgar seguridad social, pensión, fondo para el retiro y algunas otras prestaciones a este sector laboral de la población.
En su pagina, el IMSS detalla que el programa beneficiaría a las 2.4 millones de personas trabajadoras del hogar del país, de las cuales el 95% son mujeres que, en su gran mayoría, no gozan de seguridad social.
El objetivo principal del programa es “garantizar el acceso a la seguridad social a las personas trabajadoras del hogar, en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores”.
La cobertura de los y las aseguradas incluiría servicios médicos, hospitalarios, farmacéuticos, atención obstétrica, incapacidades, pensión por invalidez y vida, fondo para el retiro, así como prestaciones sociales dentro de las que se encuentran velatorios y guarderías.
Además de las trabajadoras los beneficiarios serán sus cónyuges, concubina(rio), hijos y padres.
Señalar si trabaja con uno o más patrones y cuántos días labora con cada uno.
Se calculará en el caso de varios patrones la proporción correspondiente a cubrir por cada patrón.
Se generará la línea de captura para pago.
Realizar el pago por mes adelantado, dentro de los 20 primeros días de cada mes.
Con este pago procede el aseguramiento para el siguiente mes.
Registrarse en su clínica.
El cálculo del salario base para la cotización en el IMSS se hará con base en el salario del o la trabajadora, que deberá oscilar entre un salario mínimo y el equivalente al valor de veinticinco UMAS.
A través de redes sociales el director general del IMSS, Germán Martínez, confirmó que este programa piloto dará inicio en unos días.
“Debo reconocer el gran apoyo que ha recibido esta causa por parte del equipo de la pelicula Romas y sobre todo reconozco el trabajo de las trabajadoras del hogar del CACEH (Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar), de Semillas y de todas las organizaciones y personas que han luchado durante años para que esto sucediera”, resaltó.
IMSS
✔@Tu_IMSS
Brindar #SeguridadSocial a las #TrabajadorasDelHogar es revertir condiciones de desigualdad y propiciar bienestar, el #ProgramaPilotoIMSS busca eliminar esta deuda social. La película @ROMACuaron es un incentivo a transformar las condiciones laborales de millones de trabajadoras.
Barack Obama en su aclamado discurso “Yes, we can” pedía la misma cosa que pidió 8 años anteriores a su mandato constitucional: “Hoy Pido que crean, no en mi habilidad para traer el cambio, si no en la habilidad propia para hacerlo.” Así, la voluntad ha reafirmado logros históricos y con ella, se da el primer paso la posibilidad de ser historia. Es ahí donde se origina el cambio. Decimos que sí podemos para poder decir mañana que sí lo logramos.
Cuando existe un problema social, se presenta en la consecución de los días y no se logra ver una solución a corto ni largo plazo. Hemos adquirido la habilidad de normalizarlo. El problema en sí deja de verse como un problema y pasa a convertirse en un elemento más del escenario social y termina perdiendo su carácter problemático. Éste es el significado del abandono social, el cual se resume en el enorme poder (no consciente) de todos para desaparecer -sin ninguna acción más que la indiferencia- la existencia de algo o algunos que no son pocos. Genera un estado de incertidumbre en el otro, mientras se contemplan cifras alarmantes sobre los niveles de pobreza, hambruna y la inminente imposibilidad de acceso a la justicia. La clase más vulnerable, a pesar de tales circunstancias, no desaparece. Surge como por añadidura a la población que la menciona por preocupación ajena. Los vulnerables han sido despojados del discurso público y del poder para influir en las decisiones públicas; incluso, ocultados bajo la premisa de un imposible: la invisibilidad de aquellos que presumen como hogar, una calle distinta cada día en la urbe que los ha sumergido en un crítico pozo donde la movilidad social generacional es inexistente, es decir, se nace pobre y se muere igual, siendo solo la perpetuidad de la sobrevivencia, un último esfuerzo.
Ésta es la situación de abandono social o mal llamada de “personas en situación de calle”. Son conscientes de su propia normalización y se apartan de las actividades sociales. Enfrentan una constante indefensión aprendida, la condición de un ser humano que ha aprendido a comportarse pasivamente con la sensación de no poder hacer nada y que no responde a pesar de que existan oportunidades reales de cambiar una situación aversiva. En general, evitan las circunstancias sin mencionar el conflicto de la falta de identidad que, a su vez, evita que puedan unirse en una misma solución.
Esta situación rompe con reglas universales como el principio utilitarista de J. Stuart Mill que dicta que “cada cual es el mejor juez de sus propios intereses”. ¿Por qué se perpetúa el abandono social? Porque existe la imposibilidad de auto realizarse, su auto valoración se duele y entra en conflicto con el derecho humano al derecho al libre desarrollo de la persona, el cual, en palabras sencillas, es la facultad que tenemos todos a decidir vivir la vida que queremos.
Debemos partir de que el individuo, el estado y la sociedad llevan en conjunto la responsabilidad que generan los actos propios tanto como los colectivos y, como segundo supuesto, que la voluntad se ve sesgada por nuestras circunstancias. La primera tarea es analizar las causas: la involuntaria herencia, el infortunio de nacer en situación de calle con sus implicaciones, un panorama con poco acceso a oportunidades, predisposición a la violencia, aislamiento de una realidad nociva, desatención psicológica sin acceso a programas de salud mental, adicciones y numerosas razones más.
El derecho a la identidad es un antídoto para combatir el abandono social en todas y cada una de sus causas, la identidad reúne una serie de elementos esenciales como un nombre con el cual se es designado y reconocido, apellidos que resultan de la ascendencia y la filiación que refleja el sentido de pertenecía a una estructura familiar o la nacionalidad como un sentido de pertenencia a las costumbres, tradiciones, vivencias comunes, hechos históricos y cuestiones culturales. El origen es un contenido básico de la propia percepción personal según la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la misma Constitución en su artículo 4, reconocen la identidad como derecho fundamental. Debe ser mencionada en su vertiente de los documentos de identidad como la garantía de la existencia jurídica. El acta de nacimiento, constancia primigenia de la primera aparición existencial, recurso determinante para otros documentos útiles y probatorios funcionales para el mérito de otros derechos humanos. El dominio de los documentos de identidad es símil de un salvavidas para los invisibilizados, posteriormente nuestro sistema lo considera el genuino medio para la participación política, económica y social, máximo alcance de derechos de la humanidad. Los derechos humanos por sus principios de interdependencia e indivisibilidad, impactan en otros derechos consecuencia de la identidad. Impacta en el ejercicio del derecho a la salud por medio del seguro popular, la salud en el trabajo, el trabajo con la vivienda y derechos patrimoniales como adquirir créditos y contraer deudas. Todos florecen con la propia determinación.
El derecho a la identidad en el ámbito social es ser identificado en una dinámica de integración creando un sentido de pertenencia, donde se une o, en su caso, reconstruye el tejido social. En el ámbito político la identidad permite consolidar un concepto amplio de democracia mediante la toma de decisiones públicas, tener capacidad de exigencia, protesta e involucramiento en la estrategia política del país. La parte económica no es un área aislada. La “invisibilidad” promueve un sistema financiero con partícipes inciertos como un detrimento en la población económicamente activa. De acuerdo con los datos obtenidos por el Instituto de Asistencia e Integración Social, se localizaron 547 mujeres y 3,467 hombres en situación de calle en 2012. La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, la Comisión para Prevenir la Discriminación, organizaciones de la sociedad civil, expertos y academia, localizaron 100 puntos de alta concentración y 346 de baja concentración, dando un total de 6,754 personas: 4,354 en espacios públicos y 2,400 en albergues públicos o privados; 12.73% mujeres y 87.27% hombres.
Existen algunos programas de referencia para un análisis comparado. Chicagos Plan 2.0 en Estados Unidos implementa un programa de prevención, atención y seguimiento. Ha sido un programa exitoso al lograr atender a un número elevado de personas y lograr una reinserción social efectiva a partir de sus propias necesidades.
En México un programa emitido, planificado y gestionado por la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México que se titula “Atención Integral a personas integrantes de Poblaciones Callejeras”. El Programa atendió a 10,836 personas (8,543 hombres y 2,293 mujeres), no todas ellas integrantes de las poblaciones callejeras; se les otorgaron 121,476 servicios. Si bien es un programa que contiene una solución temporal de satisfacción de necesidades básicas, no soluciona el problema de raíz, trata de abarcar más y aleja toda idea de construcción de independencia y reinserción social de las personas en abandono social, lo cual refleja ineficacia e inconformidad.
Hoy, desde Nosotrxs, hacemos un llamado a reconocer a los demás y desde la conciencia y la empatía exigir nuestros derechos y defender los de los demás en colectivo. Nuestra misión como movimiento es acabar con la vulneración sistemática de derechos. Debemos comenzar por aquellos sujetos que son limitados en su reconocimiento como personas, iniciemos con el reconocimiento de su a la identidad. Son personas que hoy no figuran ni en bases de datos, ni en registros civiles, ni en actas, ni en la memoria colectiva.
“Es Posible” surge como un colectivo de Nosotrxs, dedicado a la búsqueda de estrategias en favor de las personas en “situación de calle” para atender las causas que originan el abandono social.
Hoy asumimos un papel no pedido y nos lo apropiamos con la dignidad y el aguante necesario. Apuntamos más alto porque la generación que nos precederá nos tomará como estandarte. Existe en esta propuesta de cambio, una oportunidad grande e innominada que dicta, como dictó Hannah Arendt en su momento, que quien ha sido privado por la peor de las situaciones históricas tiene en su poder ser la más estruendosa voz que podrá ser escuchada.
Nosotrxs impulsa en todo el país un movimiento en contra del huachicoleo de medicinas, en contra de la corrupción e ineficiencia que genera el desabasto de medicamentos en todo el país. Pedimos a pacientes, familiares de pacientes, médicos y personal que trabaje en clínicas y hospitales que reporte el desabasto de medicamentos o insumos médicos aquí. ¡Ayúdanos a compartir tu experiencia o esta campaña con quienes puedan compartir su caso!
La información recopilada servirá para identificar las principales zonas del país que enfrentan desabasto de medicinas o insumos médicos, con el fin de investigar las causas de corrupción o ineficiencia y resolver entre todos los que uno no puede.
Ya lo expresamos en la carta publicada en este espacio por Mauricio Merino y Luis Adrián Quiroz al inicio de la semana:
No aceptamos que la corrupción siga siendo el combustible del sistema, que pierde millones de pesos en un huachicoleo cotidiano que extrae nuestros recursos en todos los sectores de nuestro país. Estamos dispuestos a trabajar en conjunto con todas las autoridades para terminar, de una vez por todas, con la corrupción en México. Estamos dispuestos a alzar la voz, a recolectar información, evidencia y voces y, sobre todo, a organizar a miles de ciudadanos que identifiquen y señalen en dónde están las deficiencias, las perforaciones de las tuberías de nuestro sistema político e institucional que requiere esos recursos para garantizar nuestros derechos. Estamos dispuestos a actuar en bola, como un Estado organizado, para resolver en colectivo los problemas que uno sólo no puede.
A continuación presentamos un breve recuento del contexto reciente de desabasto de medicamentos en México. Han surgido notas periodísticas que, por un lado, agrupan los reclamos en redes en cuanto al desabasto de medicinas en distintos centros de salud pública, y, por otro lado, reportan el mismo fenómeno a nivel nacional, en Sonora, Coahuila, Tabasco, Hidalgo, Durango, Tamaulipas y Campeche. En el centro de esta corriente de noticias están las declaraciones de Rafael Gual Cosío, director general del Canifarma, quien afirmó que por retrasos en los procedimientos de producción e importación –a causa de la velocidad en la administración de la Cofepris- podría ocurrir un desabasto de medicamentos en el futuro próximo.
Aunque es posible que algunos de los recientes desabastos de medicinas tengan que ver con la falta de gasolina como afirma el gobernador de Michoacán, es claro que éste no es un tema nuevo. Diversas organizaciones agrupadas en la Red de Acceso han denunciado que éste es un problema sistémico y posicionan agendas en favor de los pacientes afectados desde hace varios años. Por ejemplo, al observar las búsquedas en Google referentes al tema de medicamentos del IMSS se observa que cada cierto tiempo existen picos en la búsqueda del tema. Si corroboramos esta información con notas en prensa se observa lo mismo. Es común ver notas de hace años o meses que denuncian el desabasto de medicamentos. Al analizar las tendencias de los últimos 3 años se observa, como ejemplo, un pico en julio del 2015, cuando el senador de Aguascalientes, Martín Orozco, exigió a distintas instituciones hacerse cargo del tema de desabasto de medicamentos. Otro ejemplo es el caso del mayo del 2018 cuando 5 mil empleados del sector marcharon en Toluca denunciando el desabasto de medicamentos y otras problemáticas del sistema de salud.
A pesar de los distintos picos en la búsqueda del tema de medicamentos, lo que resalta es la tendencia de los últimos días. Parece ser que precisamente en estas últimas dos semanas la tendencia de búsqueda sobre medicamentos en el IMSS está en su punto más alto. La alerta de la Cofepris, la mención del presidente sobre el tema de “huachicoleo” de medicamentos, la relación con el tema de desabasto de gasolina y la polarización sobre temas relacionados a la eficiencia en la administración del nuevo gobierno, han situado al tema de desabasto de medicamentos en una coyuntura.
Lo desastroso de este problema es que no sólo es un problema en México, sino que, como informan investigadores de la Organización Mundial de la Salud, la escasez de medicamentos se extiende al resto del mundo[1]. Las razones se rastrean por cómo ha evolucionado el mundo, y con ello, cómo se han procurado soluciones.
Nuestra sociedad, la mexicana, se desplazó de reproducir y contener enfermedades infecto-contagiosas a albergar y convivir con enfermedades crónico-degenerativas[2]. Lo que este cambio exige es un aumento en la atención médica: que haya más manos, más ojos y más medicamentos. Visto desde nuestro sistema de salud, el cambio implica que los flujos financieros y materiales –sean de infraestructura o de profesionales- aumenten y que las instituciones de salud procesen una carga mayor de responsabilidades. Bajo estas condiciones, una solución admisible es que los medicamentos –específicos y patentados- se entreguen de manera oportuna para remediar los padecimientos de los pacientes. Con la muerte siguiéndonos el rastro hasta olernos a ras de piel, se vuelve necesario que el tratamiento sea rápido y eficaz.
Una posible y comprobable línea de causalidad comienza con el paciente que busca medicamentos en determinada institución de salud. En caso de encontrarlos, se acabó la historia y el paciente recibe su tratamiento en tiempo y forma. En caso de no encontrarlo, el paciente -o sus familiares- deben conseguirlos, ya sea por medio de la presión y la exigencia al sistema de salud o incurriendo en un gasto de bolsillo al conseguirlos en farmacias particulares. México se ha vuelto un país en el que no sólo se obstaculiza la recuperación del paciente, sino que, para hacerlo, éste debe voltear sus bolsillos. Más de la mitad del gasto en salud proviene del gasto de bolsillo[3], es decir, los casos en que las instituciones públicas proveen los medicamentos son los menos.
Buscando remediar esta situación, el sistema ha operado con las compras consolidadas. Esta estrategia mantiene dos objetivos. El primero es ahorrar, volver eficiente el gasto público. El segundo es garantizar la cobertura de la población. No obstante, como lo demuestran Martínez Moreno, Ferreyra López y Cano García en su estudio Las compras consolidadas de medicamentos: ¿una política pública de salud eficiente?, aunque las compras consolidadas han logrado una lista de precios menores en comparación al mercado privado, de modo que se realiza un ahorro, persisten una serie de deficiencias. Al momento de constatar que el abasto en la mayoría de las instituciones de salud no se logra con las compras consolidadas, el ahorro se pone en duda. La falta de puntualidad en el registro de las necesidades de cada instituto o centro de salud ocasiona que la solución a tomar sean las Compras No Consolidadas o Individuales, dentro de las cuales, al no hacerse bajo una licitación, no hay ninguna garantía de un precio menor al del mercado, por el contrario.
La amplitud del problema se entiende cuando se sabe que la institución que lleva a cabo este proceso, responsable de cada paso, es el IMSS. Pareciese que corretean al IMSS, de no ser que, como lo indicó la Auditoría Superior de la Federación en su reporte Evaluación del Control Interno a la Operación de Adquisición de Medicamentos, los procesos de adquisición, administración y distribución de medicamentos no poseen ni claridad en los objetivos ni control riguroso en los procedimientos, es decir, “cuando no se fijan los precios y cantidades de los medicamentos con precisión, o si los contratos no se firman en tiempo y forma, o si no se emiten los pagos a los proveedores, el número de fabricantes que participa se reduce y ello representa el riesgo de no garantizar el acceso a medicamentos a bajo precio y de manera oportuna”[4]
Lo anterior se comprueba con 4 distribuidoras de medicinas que concentran las compras que el IMSS requiere. Nada alentador se encuentra en este panorama. Al final, el temperamento de investigación que nuestra historia ha generado exige por un culpable, pero con tenerlo el problema no desaparece. Aunque es posible discutir si el tema de la escasez actual es producto de una nueva administración con errores o de una historia de mala organización del sector salud, sería más útil dejar el tema de polarización a un lado y enfocarse en las soluciones.
Para ello, recuerda, lector, al escritor de este artículo, identifica de dónde provienen las palabras y con qué justificación las emitimos. Lee el comienzo y comprueba que quienes escribimos somos Nosotrxs. La movilización sólo es posible por medio de la unión concertada de las voces de quienes exigimos. Tu voz es nuestra voz, y por esto es que queremos escucharte: conocer tu historia como paciente, como familiar de algún paciente o como médico, enfermero o enfermera. En No al Huachicoleo de Medicinas puedes compartir el nombre del hospital, clínica o farmacia que no cuenta con medicamentos o insumos médicos; puede ayudar al compartir esta campaña con más personas.
La recopilación de información de esta manera ayudaría por ejemplo a identificar en que centros de salud está ocurriendo el problema para tener evidencia, solicitar atención de las autoridades correspondientes e investigar las raíces del problema como corrupción o fallas de logística administrativa.
Presidente, lo escuchamos con atención en la conferencia mañanera del 15 de enero de 2019: “Existe un abanico de corrupción. […] hay huachicoleo también en la compra de medicinas. Se llegó al extremo de robarse dinero de las medicinas. Todo eso lo vamos a corregir. […]. No aceptemos la corrupción. Es el cambio más importante. No vamos a hacer negocios al amparo del poder público”.
Compartimos sus palabras y, sobre todo, el objetivo de combatir la corrupción y terminar con la profunda desigualdad que existe en México. Para Nosotrxs, la igualdad y la honestidad son inseparables: no hay igualdad donde hay corrupción, ni honestidad donde unos cuantos someten a todos los demás. Queremos un país igualitario, por honesto, y honesto, por igualitario.
No aceptamos que la corrupción siga siendo el combustible del sistema, que pierde millones de pesos en un huachicoleo cotidiano que extrae nuestros recursos en todos los sectores de nuestro país. Estamos dispuestos a trabajar en conjunto para terminar, de una vez por todas, con la corrupción en México. Estamos dispuestos a alzar la voz, a recolectar información, evidencia y voces que identifiquen y señalen en dónde están las deficiencias, las perforaciones de las tuberías de nuestro sistema político e institucional que requiere esos recursos para garantizar nuestros derechos. Estamos dispuestos a actuar en bola, como un Estado organizado, para resolver en colectivo los problemas que uno solo no puede.
En el tema de medicamentos hemos identificado que el 22.9 % de personas que recibieron recetas médicas de sus doctores en el servicio público no obtuvo los medicamentos requeridos (ENSANUT, 2016). Eso se debe a dos razones: problemas de corrupción e ineficiencia en la entrega oportuna de medicamentos. Hoy las familias en zonas marginadas llegan a destinar más de la mitad de su ingreso mensual en atención médica y compra de fármacos (Comisión de Protección Civil de la Cámara de Diputados, 2014). La desigualdad también es notoria en la distribución: 25 % de los afiliados indígenas no recibió el total de los medicamentos que el médico prescribió. Sólo 52.4 % señaló estar satisfecho con el abasto y al 8.6 % le cobraron el servicio de urgencias (Secretaría de Salud “Sistema de Protección Social en Salud. Informe de Resultados. Enero-Junio 2014”).
Entre 2001 y 2015, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) realizó 272 observaciones al sector salud. Y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha extendido varias recomendaciones generales por desabastecimiento de medicamentos (41/2017, 62/2018); incluso en las encuestas de satisfacción del IMSS 2015, 2016, 2017, se visibiliza este problema sistemático. Y todo sigue igual o peor.
Presidente, estamos dispuestos a identificar los casos de corrupción e ineficacia, señalarlos y trabajar juntos para resolverlos. Queremos al igual que usted que el sector salud cumpla con la ley y asegure el abasto al 100 % de medicamentos en el país, sin corrupción de por medio. Todos necesitamos de todos. Ayudemos a que las personas en las zonas más marginadas del país reciban sus medicamentos de forma oportuna.
Escribo esta carta con Luis Adrián Quiroz, un activista encomiable que vive con VIH, que nos comparte la grave preocupación del desabasto que enfrenta hoy el país en medicamentos antirretrovirales para la atención de las personas que viven con VIH en el Instituto Mexicano del Seguro Social, situación que no se había presentado en muchos años. La falta de medicamentos pone en riesgo su salud e, incluso, su vida. La ingesta oportuna y prescrita de sus medicamentos significa más del 96 % probabilidad de éxito del tratamiento, y les asegura una mejor calidad de vida y seguir siendo personas productivas.
Al momento que suscribimos esta carta lanzamos la campaña #MedicinasParaTodxscon el objetivo de conocer, compartir y canalizar experiencias de desabasto de medicamentos e insumos médicos, así como para identificar casos de corrupción que limitan la compra, distribución o acceso a medicamentos o que generan sobrecostos sobre los mismos.
Señor Presidente, es nuestro compromiso con México hacer lo que esté en nuestras manos para combatir la corrupción y terminar con la desigualdad en México. Compartiremos información relevante, verificada y procesada sobre las condiciones de abasto en los principales hospitales del país y sobre los problemas de corrupción identificados. Estamos convencidos de que con el apoyo de la sociedad civil podrá el gobierno garantizar la política de medicinas gratuitas para todas y todos.